La posición de Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, no sorprende, para mal, a la mayoría de los politólogos que llevan años con la crisis política de Venezuela bajo la lupa, y Ana Milagros Parra, especialista en análisis de riesgo político y moderadora de varios podcasts y espacios de opinión por canales digitales es una de ellas.
Lula le sugirió este jueves a Nicolás Maduro, convocar unas nuevas elecciones para despejar las dudas sobre el cuestionado resultado electoral que lo dio por reelecto para un tercer periodo el pasado 28 de julio. “Podría intentar hacer un llamado al pueblo de Venezuela, tal vez incluso convocar un programa electoral, establecer criterios para la participación de todos los candidatos (…) y dejar que observadores de todo el mundo vayan a ver las elecciones», afirmó en una entrevista en una radio local.
¿Qué se esperaba de las mediaciones de Petro, Lula y Andrés Manuel López Obrador (AMLO)? No era que lograran una salida, sino que sus posiciones no favorecieran directamente la narrativa de Nicolás Maduro y lo legitimaran, además de intentar crear un marco con condiciones para su salida en caso de”, resalta en su red social X, donde destaca como una de las voces más afines con las posiciones de María Corina Machado.
Y lo que plantea tiene que ver con la posición de Lula, que en la misma entrevista en la que sugiere unas nuevas elecciones o un gobierno de coalición, insiste en no reconocer la victoria de Maduro en las presidenciales del 28J en Venezuela. “A él todavía no [reconocimiento a Maduro como victorioso], sabe que le debe una explicación a la sociedad brasileña y al mundo, lo sabe”.
Control de la narrativa
Parra cree que Lula, Gustavo Petro y AMLO trataron de darle vías alternas que estabilizaran a Maduro en el poder, pero no lo lograron.
“Sí, (lo hicieron) muy cuidadosamente, pero fue y sigue siendo muy costoso para ellos. Esta es la importancia del control de la narrativa y el backup de tener las actas. No hay propaganda que justifique que no muestren pruebas de los resultados. No es tan fácil manipular, tanto así que ni AMLO pudo plegarse”, precisa.
La politóloga recuerda que Nicolás Maduro trató de callar la exigencia de mostrar las actas usando al Tribunal Supremo de Justicia, pero en su opinión, esa ruta no caló y fracasó. Así como la celebración de nuevas elecciones. “No logró que sus amiguitos de la región le dieran un espaldarazo, todo lo contrario…”, advierte.
Para la especialista en riesgo político si bien la comunidad internacional tiene un papel importante no resuelve el problema central, aunque reconoce que crea una importante presión. “El resto es trabajo interno y se está haciendo”.
Y complementa:
Lo positivo de que las posiciones de estos países no sean determinantes en el proceso interno (si influyen, pero no determinan) es que a pesar de que hayan justificado la celebración de nuevas elecciones y una ‘resolución’ por el TSJ, no significa que sea potable en la situación actual”.
Sobre el escenario si los resultados no hubieran contado con la estrategia liderada por Machado, de documentar las actas de escrutinio el pasado 28 de julio, Parra considera que, en situaciones de ventaja para el chavismo, la vía por tribunales hubiese aplacado la demanda de resultados. Incluso la celebración de nuevas elecciones, pero no pasó.
“No reconocieron el resultado y presionaron. Listo, gracias por su participación. No esperaba más”.
Nuevo episodio
Ricardo Ríos, presidente de la firma Poder y Estrategia, considera que las propuestas de Lula y Petro significan el fin de un episodio.
“Hoy termina el 28 de julio (largo día de más de dos semanas). El terremoto político cuyo epicentro fue el domingo 28, generó una crisis iterativa (de iteración) que no había tenido desenlace. Hoy finalmente se dio un desenlace (no una solución) e inicia otro episodio. Otra etapa para decirlo de forma más clara”.
Ríos explica que la crisis del 28 de Julio causó un nudo de tal magnitud que la responsabilidad de desenlazarlo se encargó a diversos factores internacionales.
Y luego de dos largas semanas con llamadas, exploraciones, reuniones, alternativas, propuestas y contrapropuestas, Lula y Petro, quienes habrían conversado este miércoles, lanzaron al ruedo –sin mayor protocolo ni solemnidad- sus propuestas de soluciones, que se redujeron a repetir las elecciones o un gobierno de coalición gobierno-oposición.
La forma como cada uno de los mandatarios anuncia las propuestas, dan a entender que ninguna de las partes (ni al gobierno ni a la oposición) consideran viables tales alternativas. Entonces, Petro y Lula las sueltan públicamente y las dejan allí, algo así como diciendo: “Eso es lo que hay”.
En su análisis, Ríos destaca que Petro hace un paralelismo y habla de la “experiencia del Frente Nacional Colombiano”, nacido de un pacto entre liberales y conservadores de ese país para evitar que el General Gustavo Rojas Pinilla se perpetuara en el poder, luego de acceder al mismo por un golpe de Estado.
“¿Y ahora? Ahora empieza otro episodio. Veremos las declaraciones (y seguramente algunas medidas) de EE.UU., de la Unión Europea y medidas fronterizas-consulares de diversos países del continente, cuyas consecuencias irán aumentando durante este episodio que culminará en enero de 2025.
¿Nostalgia por el chavismo 2008?
“Hay varias salidas. Un gobierno de coalición. Mucha gente que está en mi gobierno no votó por mí. Maduro tiene todavía 6 meses de mandato. Podría hasta convocar nuevas elecciones, con participación de todos, un comité electoral suprapartidario y veedores de todo el mundo”, expresaba Lula.
En palabras de Marisela Betancourt, politóloga, la diplomacia de la pacificación de Venezuela es posicionamiento internacional de los gobiernos de Lula y Petro.
Desde su perspectiva, una nueva oleada migratoria es inminente y suma ya varios años configurando la política local de los países de la región, y obviamente, presiona también su política interna.
Creo que Brasil y Colombia no están entendiendo la naturaleza del gobierno, y eso pasa cuando durante años ignoraron las señales claras de socavamiento de la democracia venezolana. Jorge Rodríguez y Diosdado Cabello ya le respondieron a Lula en días previos: Reforma de la legislación electoral para que ningún extranjero cuestione nuestro sistema electoral y, operación TunTun”, detalla en X.
Y Betancourt achaca a la “nostalgia por el chavismo de 2008” a la falta de tino de los principales líderes regionales de la izquierda.
“Ahora están entrampados si las negociaciones fracasan, que pareciera ser el escenario más certero. Queda un Boric solo, con una posición muy importante porque esta presiona principalmente a Brasil y a Colombia (no a Maduro). Si la presión es exitosa Maduro quedará aislado a partir de enero”, recalca.
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