No hay límites. Anmyr Nataly Villegas Urbina (@anmyr.villegas) sabe que para construir sobre los sueños con bases sólidas hace falta formación, sacrificio, tesón y mucha pasión.
En Venezuela, la maracayera de 38 años, licenciada en administración pública, diseñadora gráfico y chef, tenía una empresa de gestión gráfica y un restaurante.
“Migré en 2017 a Chile y lo hice sola. Luego de 7 meses me traje a mi mamá”, recuerda Anmyr. Primero llegó a Cucao, en la isla de Chiloé. Allí la abrazó la serenidad, pero tiempo después se movió a Concepción.
Con la pandemia, como muchos, sufrió el vértigo de la inestabilidad y debió exigirse. Había abierto un restaurante llamado Don Antonio y lo mantuvo gracias a que consiguió empleo en una pastelería. “Allí nació mi amor por lo dulce. Ahora soy dulce y salado”, explica.
Amnyr puede ofrecer recetas, cursos tanto de dulce y salado y además asesorías sobre cómo emprender desde casa y cómo montar tu propio negocio. Esa experiencia la tiene dado que es administradora y pastelera en una pastelería y también trabaja desde su casa con su restaurante.
Le gustaría, asegura, ayudar a hombres y mujeres a creer en ellos mismos y a no tener miedo de emprender y superarse. Su momento más feliz lo marca el nacimiento de su hija.
Hoy trabaja en afianzar su rol como asesor en el área de emprendimientos. Anhela lograr su estabilidad financiera y vivir un poco más la vida. “La migración es dura, pero todos podemos y lo hacemos por nosotros. Ella nos enseña a ser mejores personas y a creer más en uno mismo”, reflexiona.
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