Entre los anfibios, las ranas arlequines (Atelopus) son uno de los géneros más diversos del neotrópico. Se han descrito 131 especies, estando la mayor diversidad en Colombia (41), Ecuador (24), Perú (19) y Venezuela (10, con 1 extinta). Sin embargo, también es uno de los géneros más amenazados.
La Fundación para el Desarrollo de las Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (FUDECI) −organización de la sociedad civil sin fines de lucro creada por la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela (ACFIMAN)− recibió el Premio Julie S. Denslow de la Asociación de Biología Tropical y Conservación (ATBC), que cuenta con unos mil miembros en alrededor de setenta países.
Los criterios para seleccionar los artículos ganadores, publicados en Biotropica −la revista científica de la ATBC− durante el año calendario anterior, incluyen la claridad de la presentación, una base sólida en historia natural y un diseño experimental o de muestreo bien planificado. Además, se toman en cuenta los nuevos conocimientos adquiridos sobre los procesos críticos que influyen en la estructura, el funcionamiento o la conservación de los sistemas tropicales.
El artículo de FUDECI galardonado con el Premio Julie S. Denslow se titula “Smaller size of harlequin toads from populations long exposed to the fungal disease chytridiomycosis” (Sapos arlequines de menor tamaño procedentes de poblaciones expuestas durante mucho tiempo a la enfermedad fúngica quitridiomicosis).
Los autores son la doctora Margarita Lampo, Individuo de Número (Sillón XXII) de la ACFIMAN, investigadora del Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) y presidenta de FUCEDI; Celsa Señaris, herpetóloga adscrita a la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC, España); y Katiuska González y Onil Ballestas, asociadas al Centro de Ecología del IVIC (Biotropica, 55, 699–705).
¿Qué sucede con el sapito rayado?
Entre los anfibios, las ranas arlequines (Atelopus) son uno de los géneros más diversos del neotrópico. Se han descrito 131 especies, estando la mayor diversidad en Colombia (41), Ecuador (24), Perú (19) y Venezuela (10, con 1 extinta). Sin embargo, también es uno de los géneros más amenazados.
En Venezuela, la única especie con poblaciones pequeñas pero estables es Atelopus cruciger, también conocida como sapito rayado, endémica de la Cordillera de la Costa. La población total se estima en menos de quinientos individuos reproductivos, fragmentados en dos poblaciones que ocupan menos de cien kilómetros cuadrados. En la actualidad, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la clasifica como En Peligro Crítico.
El artículo premiado “presenta evidencia sobre la reducción del tamaño corporal del sapito rayado de Rancho Grande como respuesta a la exposición durante décadas a la quitridiomicosis cutánea, una enfermedad emergente producida por un hongo patógeno (Batrachochytrium dendrobatidis)”, explicó la doctora Lampo.
De acuerdo con las hipótesis manejadas hasta ahora por la académica y su equipo de trabajo, las especies que experimentan una alta mortalidad durante su adultez −como es el caso del sapito rayado, muy vulnerable a la quitridiomicosis− pueden beneficiarse de reproducirse más temprano “debido a que aumentan la competencia demográfica, es decir, la habilidad de sus poblaciones para mantener infecciones endémicas”.
La doctora Lampo también informó que el Comité Editorial de Biotropica los invitó “a escribir un ensayo sobre este artículo y nuestro programa de investigación en el número del mes de noviembre de esta prestigiosa revista”.
Biotropica publica artículos, reseñas, comentarios y reflexiones sobre investigaciones originales en ecología, conservación y gestión de ecosistemas tropicales, así como en temas relacionados con evolución, comportamiento y biología de poblaciones de organismos tropicales.
Acerca de FUDECI
El objetivo de FUDECI es desarrollar actividades conexas con la ACFIMAN, especialmente aquellas enfocadas en la conservación del ambiente y la generación de tecnologías para el bienestar de las comunidades.
Su misión consiste en generar información científica, fomentar la educación y transferir tecnologías innovadoras cónsonas con el ambiente para el bienestar de la sociedad.
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