El talento de Rosmayrin Maíz no tiene límites. A esta cumanesa de 30 años siempre le gustó confeccionar. “Mi emprendimiento Menta Fresca Lingerie @mentafrescalingerie comenzó en Venezuela, pero cuando me gradué de ingeniero yo solo quería ejercer”, recuerda.
“Rosma” emigró en 2017, gracias a la ayuda de una amiga.
Viajó con su pareja a Cúcuta y de allí tomó vuelo directo a Chile. Al principio le costó encontrar un trabajo donde se sintiera al menos cómoda.
El primer empleo fue como vendedora.
Llegué en pleno invierno y nos trataban súper mal. Trabajé en unas bodegas donde el frío era horrible y no me dejaban ni protegerme bien. Me cuestioné mucho si había tomado la mejor decisión”, cuenta.
La cumanesa cree que aquello formaba parte del proceso y tenía que vivirlo. Luego entró a una consejería por casi un año y se ganó la vida como garzona hasta que encontró un empleo de oficina con un mejor horario, en el cual duró casi 4 años.
Relanza Menta Fresca en Santiago en 2018, tras comprar su primera máquina. “Empecé remendando ropa para reunir capital y nunca más paré. Busqué crecer, aunque en ese momento era un poco complicado la materia prima para confeccionar las prendas. Casi no había variedad”, narra.
Su talento y esfuerzo la recompensaron al punto de dejar su trabajo fijo para dedicar más tiempo a su empresa. “Tengo mi taller y quiero seguir dando a conocer mi marca, distribuirla a otras marcas y chicas que deseen emprender por este rubro tan hermoso”, sostiene.
Hoy, Rosmayrin cuenta con el apoyo de su mamá, su pareja y un equipo que la apoya muchísimo. Confecciona prendas, repara ropa y prepara fechas para sus cursos de costura. “A los venezolanos solo les puedo decir: Luchen por sus sueños hasta el final. Emprender no es un camino fácil. A veces duele mucho, pero si realmente lo amas, la satisfacción que te da lograr cada meta que te propongas no tiene precio”.
Comentarios