Cinco veces migró, en diferentes etapas de su vida, la caraqueña Digui Margarita Domínguez Martínez: Colombia, Estados Unidos, España, Argentina y ahora Viña del Mar, Chile, donde reside desde el 12 de mayo de 2018.
Y nunca fue fácil, pero batalla y lo hace sirviendo.
Esta Licenciada en Educación Especial, mención Dificultades de Aprendizaje y cursante de un Diplomado de Derechos Humanos, se desarrolla como asesora de temas migratorios al tiempo que dirige Compromiso Migrante, más que una ONG fundada en 2020, una gran familia que trabaja con base en proyectos orientados a mejorar las condiciones de vida de los extranjeros residentes en Chile.
No sólo brindan asesorías en trámites migratorios, sino en emprendimiento, temas laborales e integración en la sociedad chilena.
“Trabajé durante un año en una tienda de venta de dulces por gramaje, con condiciones laborales y de sueldo nada favorables. Al cerrar, realicé dos reemplazos como Educadora Diferencial en escuelas municipales, invirtiendo en promedio tres horas al día en viajar ida y vuelta a mi trabajo. Eran escuelas súper diferentes, pero que me permitieron conocer la realidad del sistema educativo y como se aborda mi especialidad en este país”, cuenta.
La pandemia y un manejo administrativo inadecuado, entre otras cosas, no le permitieron a Digui continuar en un cargo que le habían ofrecido en la última escuela. Por ello se dedicó de lleno a las asesorías migratorias, a preparase y formarse integralmente en esta área, logrando información directamente de los entes gubernamentales involucrados en todas las áreas en las cuales debemos hacer trámites.
Así, a finales de julio de 2020, la contactan para saber, debido a su trayectoria, si deseaba integrar una ONG. “La verdad no quería, pero igual me involucré dando asesorías personalizadas y aportando desde mi visión”, recuerda.
En septiembre, dos meses después, le proponen ser parte de la directiva, todo un reto por no residir en Santiago, además de la responsabilidad que conlleva, y finalmente en octubre de ese año se conforma legalmente la ONG Compromiso Migrante, bajo todos los estatutos exigidos por Chile, y resulta designada como Directora General.
Sus asesorías a connacionales se cuentan por miles y por ello muchos la consideran un faro humano, por su disposición y excelente trato en un área en la que se requiere mucha paciencia.
“Desde la visión de migrante y habiendo vivido en seis países, no es fácil vivir procesos migratorios de los cuales depende tu estabilidad laboral, económica y psicológica, y más sin ayuda, en los que hay más dudas que respuestas y más incertidumbres que compañía. Por eso se necesita de guía, de apoyo, de herramientas que te permitan realizar una vida estable donde se pueda luchar por aquello que se busca”, reflexiona.
Los casos más complicados
Domínguez cree que no es lo mismo migrar por elección que ser desplazado por necesidad y supervivencia, ya que esto último hace que los procesos migratorios sean más lentos y cuesta arriba por falta de documentación o documentos vencidos.
“De allí, mi decisión de aportar para que otros obtengan en la medida de mis posibilidades, ese apoyo que tanto se necesita y que me hubiera gustado tener. Digamos que trato de facilitar la inserción en Chile, recordando que el migrante no está solo y que existimos personas y ONG’s que estamos allí para ellos, indistinto de la nacionalidad”, sostiene.
Para la Directora de Compromiso Migrante los venezolanos, tanto en Chile como en otros países, llegan con grandes ganas de aportar y demostrar su valía, su alegría y su creatividad a la hora de resolver situaciones, aunque, reconoce, que en la mayoría de los casos lo de seguir instrucciones, según reglamentos y esperar, no se nos da muy bien.
Sobre la ONG asegura que marcha estupendamente. “Tenemos voluntarios muy comprometidos en lo que aportan. Tenemos varios proyectos que abarcan diferentes áreas y asesores laborales, de emprendimiento, legal, de salud y por supuesto migratorio. Ha sido una experiencia única, donde ha sido clave para mi, hacer sentir a la gente que está acompañada y que más que una ONG es una gran familia, donde con esfuerzo mancomunado, salimos adelante entre todos”.
Al referirse a Chile como sociedad, confiesa que le desagrada la desigualdad, pero le gusta la separación de poderes y la capacidad inmediata de ayuda y el desprendimiento ante catástrofes naturales, incendios forestales o múltiples. “Su unión ante la adversidad hace que rápido se recuperen”, afirma.
Y así, con este mensaje, se despide de la migración venezolana en Chile y el mundo. “Desde donde se esté, no solo nos representamos a nosotros sino al país de donde venimos. Procuremos siempre dejar en alto nuestros valores y ser aporte más que carga. Sembremos futuro y, con ejemplo, sigamos escribiendo historias de migrantes que nutren al país de acogida”.
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