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Eduardo Balper, el artista plástico merideño que conquista Chile con sus obras

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Eduardo Balper trata de crear de manera permanente pinturas y dibujos en Santiago de Chile.

El trazo de Eduardo Balper es realmente mágico. Este diseñador gráfico merideño y maestro del óleo, fusionó sus dos apellidos: Balza-Pérez, en homenaje a sus padres. “Lo que soy se lo debo a mis padres, por darme la oportunidad de guiarme y educarme con muchos sacrificios. Siempre les estaré agradecido por permitirme ser Artista Plástico.

Dibujo y pinta desde niño. Sus mejores maestros fueron y aún son lápices y papeles. En la memoria quedó grabado un episodio inolvidable en el colegio.

Una vez, tomé los cuadernos y dibujé más de 90 caricaturas, a los compañeros, los profesores y ellos pegaron esos dibujos en las paredes del salón. No había a quién más culpar. Era yo el único que dibujaba”, recuerda.

Eduardo inició en el mundo del arte como pintor en 1999 y cuatro años después obtuvo el título de Diseñador Gráfico que ejerció desde 2001.

El dibujo y la pintura siempre han sido mi fuerte. Desde muy joven solía hacer dibujos que me solicitaban. Cuando me gradué me dediqué al diseño gráfico y publicitario, también a proyectos arquitectónicos”, detalla.

Antes de migrar, enseñó dibujo y pintura. Fundó una escuela de arte. Allí practicó la siguiente máxima: “El motivo de un maestro, consiste en la felicidad de enseñar y guiar al alumno, porque la felicidad de ellos, te enseñan a ser maestro”.

En septiembre de 2018 migró con su esposa y sus hijos. No fue una decisión fácil, pero lo hizo sin miedo. Su pincel fue herramienta para proveer desde el principio. “Probé con mis rubros, diseñando, pintando, incluso di clases particulares de dibujo y pintura. A medida que iba creando, en parte obtenía buenos resultados, pero a su vez iba asimilando la idea de tomar unos meses en otras labores, en experimentar, conocer, aprender”, recuerda.

Hoy se encuentra en un cargo muy distinto, lejano al arte y al diseño. “Mantengo mi método ético y profesional, con respeto y humildad, se falla, pero también se gana”, afirma. Balper cree que proyectarse puede resultar incierto, pero asegura se enfoca en cada día crear y crear obras, (como suelo hacerlo), realizar exhibiciones y a medida que se vayan presentando las oportunidades, volver a dar clases, tener una escuela de arte, guiar, enseñar, valorar.

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