Carmen Beatriz Fernández, consultora, investigador y profesora especializada en opinión pública, comunicación y sistemas políticos, se refiere -en su cuenta en la red social X- al informe emitido por el panel de expertos electorales que la Organización de Naciones Unidas envió a Venezuela para la cobertura de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio.
Para ello, Fernández, académica de la Universidad de Navarra, en España, desmonta los aspectos normativos del proceso para garantizar su fiabilidad. Su resumen distingue tres etapas claras, la pre-electoral, que en su opinión tuvo muestras de desequilibrio, la jornada de votación, “bella, cívica y organizada” y el anuncio de los resultados: “con un fraude descarado”.
Y disecciona: “Lo preelectoral estuvo marcado por restricciones continuas al espacio cívico y político. La campaña del gobierno dominó los medios de comunicación estatales, con un acceso muy limitado para los candidatos de la oposición”, advierte.
En su opinión, la jornada electoral del domingo 28 de julio se desarrolló en un ambiente pacífico y estuvo bien organizada logísticamente, pese a pequeños fallos técnicos reportados durante el día y que fueron resueltos por Consejo Nacional Electoral, cuyos técnicos detectaron y resolvieron rápidamente. “Los votantes fueron pacientes y entusiastas a la hora de participar, a pesar de los largos tiempos de espera y los informes de cambios de último momento en cuanto al colegio electoral al que fueron asignados”, refiere.
Según Fernández, el sistema de votación electrónica estaba bien diseñado y era confiable. Estaba programado para funcionar en combinación con importantes procedimientos de auditoría y la difusión de los protocolos de resultados en el centro de votación.
La académica y especialista en marketing político, recuerda que el CNE había puesto en marcha un mecanismo sólido para el proceso de transmisión de resultados – digital desde cada máquina de votación al centro de tabulación principal del CNE– con varias capas de protección contra conexiones no autorizadas y ciberataques.
Ciberataque, ¿sin auditorías?
Fernández detalla que la transmisión electrónica de resultados funcionó bien inicialmente, pero se detuvo abruptamente en las horas posteriores al cierre de los centros de votación, sin que se proporcionara ninguna información o explicación a los candidatos en ese momento ni al panel de veedores de la ONU y del resto de organizaciones.
Al momento de anunciar resultados, el Presidente del CNE declaró que un ciberataque terrorista había afectado la transmisión y causado un retraso en el proceso de escrutinio. Sin embargo, el CNE pospuso y posteriormente canceló tres auditorías poselectorales claves, una de las auditorías canceladas iba sobre el sistema de comunicaciones que podría haber arrojado luz sobre la ocurrencia de ataques externos a la infraestructura de transmisión”, precisa.
En la madrugada del 29 de julio de 2024, Elvis Amoroso anunció oralmente que Maduro había ganado las elecciones con 5.150.092 votos (51,2%), seguido de Edmundo González con 4.445.978 votos (44,2%), afirmando que se había recibido el 80% de los resultados de las mesas.
Luego, “el 2 de agosto, el CNE confirmó a Nicolás Maduro como ganador con 6.408.844 votos (51,95%), seguido de Edmundo González Urrutia con 5.326.104 votos (43,18%), con base, en lo que dijo, fueron el 96,97% de los resultados. Los anuncios de resultados consistieron en comunicaciones orales sin respaldo. El CNE no publicó, y todavía no ha publicado, ningún resultado (ni resultados desglosados por mesa de votación), para respaldar sus anuncios como lo prevé el marco legal para las elecciones”, advierte.
Crímenes electorales
Desde su argumentación, Fernández recuerda que el CNE había establecido mecanismos para la producción de resultados impresos a nivel de mesa de votación. Esto, sostiene, es clave en la transparencia (rastro de papel), con elementos de seguridad como códigos QR y hash con firmas únicas, así como las firmas físicas de funcionarios y testi
Las características de seguridad son muy difíciles de falsificar. El marco legal estipula que cada acta original impresa debía ser sellada y resguardada por personal militar. Se debían distribuir copias a los funcionarios de mesa, agentes de partidos y observadores acreditados
De acuerdo con Fernández, el panel de expertos de la ONU recibió varios informes de que se había impedido a los agentes de partidos de oposición obtener su copia. Además, el CNE no ha publicado y tras revisar una pequeña muestra de las actas que actualmente son de dominio público (publicados en línea por la oposición en http://resultadosconvzla.com), las muestras examinadas exhiben todas las características de seguridad de los originales.
Y así, concluye:
Este reporte del Panel de Expertos de Naciones Unidas iba a ser compartido privadamente con el árbitro electoral, pero supongo que, ante la implosión del CNE tras los crímenes electorales cometidos, se ha hecho público. Es fundamental distinguir entre el limpio proceso de votación y el crimen electoral cometido al dar resultados sin base. El informe distingue eso. Hubo una votación limpia, pero el árbitro falseó resultados. No hace falta repetir elecciones, solo oficializar su resultado real”.
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