Colo Colo es uno de los destinos favoritos de los futbolistas jóvenes para probar suerte. Ya pasó con Pablo Solari y Alan Saldivia y, hoy, Bautista Giannoni y Fidel Tourn viven sus primeros meses como jugadores albos tras pasa las pruebas que realizaron en el verano. La captación de nuevos talentos no para y, en Macul, están observando de cerca a Javier González.
González es un chico de 19 años que nació en Venezuela y que sus raíces, casualmente, siempre estuvieron ligadas al Eterno Campeón. Este futbolista es un volante mixto que comenzó su historia en la Academia Rey, de la ciudad de Lara en territorio llanero. Este equipo, que comenzó como academia en honor a José Manuel Rey, exdefensor de los Albos, se transformó en un equipo profesional y fue acá donde debutó Javier González a los 16 años.
Pero para saber su historia, hay que ir un poco más atrás.
Ricardo González, padre de Javier, contó detalles de la formación de su retoño y cómo, desde siempre, estuvo destinado a conocer al Popular. “Mi padre nació en Peumo, Chile y mi abuelo, don Juan González, llevaba el Club Deportivo Peumo de la Región de O’Higgins. Ahí, mi padre jugaba con el hermano de Raúl Ormeño, Martín. Ambos muy cercano al fútbol joven del Popular”, cuenta.
González padre precisa en la entrevista que su progenitor venía a Chile muy seguido y, hablando con Ormeño, le cuenta que Ricardo es presidente de la Academia Rey. “Esta academia la creamos con José Manuel, quien se retiró del fútbol en esta ciudad, y se transformó en profesional tras salir campeón de la tercera división. Ahí, se hizo el equipo profesional”.
Un volante mixto, tipo Busquets
Javier comenzó de muy temprana edad por esa academia. Pasó por todas las categorías y, cuando tenía 16 años, debutó como profesional en segunda división.
Juega tres años como profesional en segunda división, donde hace tres goles, tres asistencias, jugó 27 partidos y más de 1500 minutos”, reveló Ricardo, quien en enero, decidió enviar a González a “Metropolitanos, que está en primera, a la espera de que resultara alguna prueba que traté. Ahí nos vamos a Chile”, expresó.
Ricardo precisa que un día Raúl Ormeño le manda el número de Kike Troncoso (uno de los encargados de la captación de talentos en Colo Colo). “Ahí empezamos a hablar de jugadores. Él me dice que es muy difícil probar un extranjero porque le quita un cupo a los chilenos. Le comento que Javier que está esperando el pasaporte chileno y la cédula porque el abuelo es chileno. Yo me hice chileno también hace dos años. Entonces, en el momento en que le llega el pasaporte, vuelvo a llamar a Kike, le digo que es el momento”, reveló.
Sobre las características de Javier González, su padre retrata que es un volante mixto, que jugó tres años en segunda. “Es un volante tipo Busquets, buen pie, buena salida, no pierde balones, muy inteligente, buena pierna izquierda, cobrador de tiro libres. Ahí habló Kike en Colo Colo, le dieron el visto bueno y nos pusimos de acuerdo para su llegada hace dos semanas”.
Pasados los primeros días, orgulloso, González cuenta que ha recibido muchos buenos comentarios respecto al desempeño de su hijo y que le reafirmaron todo lo que él ve en él. Eso sí, dejó en claro que le “falta masa muscular, pero son detalles que después mejoran con el tiempo. Hoy no me han dicho si se queda o no, pero por los comentarios de Kike, ha gustado mucho”.
Un sueño
“La idea es que se quede en Colo Colo y se hiciera volante en el primer equipo. Es el sueño de Javier. No se está quedando en la Casa Alba porque decidieron que los mayores de 18 les buscaran pensiones u otros sitios. La Casa Alba está siendo ocupada por menores, el sólo almuerza ahí y se queda con el hermano de mi papá que vive en Santiago”, complementó.
La adaptación ha sido de la mejor forma. De hecho, cuenta, medio en broma, medio en serio, que los compañeros ya notaron que es bueno para el fútbol, ya que de inmediato hizo amigos. Según su relato, Javier “fue a ver el superclásico con la U de la proyección, esta incorporándose. El técnico, el asistente y el PF lo tratan muy bien y ya se incorporó desde el segundo día porque dicen que es bueno”.
Es un loco por los deportes y así lo cuenta su padre, quien lo retrata como “una persona bastante amigable. Es una persona que no pregunta cosas de más, no es salido, no quiere ser el centro de atención. Es tranquilo, juega todos los deportes: fue selección de béisbol en Lara, golf, bowling, softbol, todos los deportes porque se le hace muy fácil, entonces tiene muchos amigos que se hicieron ahí en el deporte. Es tímido, pero no es que no va a hablar, se puede entablar una conversación. Nunca ha tenido un problema, nunca una pelea en el colegio, ni en nada”.
Respecto a sus inicios en el fútbol, todo se remonta a los años en que estaba en el colegio, el cual era sólo de hombres, por lo que la práctica del deporte era habitual. Ahí, González cuenta que “algunos compañeros de él eran de escuelas de futbol y comienzan a jugar. Se forma en Mérida un torneo que se llamaba Emeritense, el más importante en Venezuela. Ahí, estos chicos se unen en fútbol 7 y hacen un equipo del colegio”.
Fue el principio de lo que venía después y es que “ese equipo gana el torneo y se quedan juntos y empiezan a jugar fútbol para el colegio. Crearon un equipo de colegio que ganaba todo, incluso a academias de fútbol, que es muy distinto. Ese mismo equipo, cuando Rey y yo creamos la academia, ahí ese equipo pasa a ser el primer equipo que tuvo la Academia Rey. Ahí Javier se empieza a desarrollar más seriamente y lo toma como su deporte principal”.
Por último, Ricardo reveló que Javier González siempre tuvo a Colo Colo en el radar, desde que era chico. Es que el joven de 19 años siempre recibía regalos de su abuelo cuando visitaba Chile y, además de ser agasajado con las camisetas de la selección chilena con “Zamorano, Alexis y Vidal, también tenía la de Colo Colo”.
Texto: Dale Albo
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