La valentía de María Corina Machado, líder unitaria de la oposición en Venezuela, no permite debate. Pasados dos meses del triunfo electoral de Edmundo González Urrutia (EGU), expuesto al mundo gracias a su estrategia de recoger la mayor cantidad de actas de escrutinios la tarde y noche del 28 de julio, el desgaste es notable debido al hostigamiento y la persecución de organismos adscritos al Estado venezolano.
María Corina está en la clandestinidad desde hace poco más de un mes, pero en los últimos días, y tal como ocurrió con EGU, el régimen reduce su círculo a la luz de acusaciones infundadas y declaraciones de sus más altos funcionarios.
“Iremos por ella”, aseguró recientemente Diosdado Cabello, ministro de Interior y Justicia, acusándola sin pruebas de ser la principal impulsora del “Ya casi Venezuela”, organizado por Erick Prince y que tiene como objetivo recaudar US$10 millones para reforzar lucha contra régimen chavista. Lo hizo sin mostrar pruebas durante su programa televisivo ‘Con el mazo dando’.
Walter Molina, politólogo venezolano en Argentina, asegura que los recientes “secuestros” a los escoltas de Machado y los coordinadores de su partido, por parte de la tiranía, responden a la necesidad de presionarla lo más posible para que se vaya del país y seguir aterrorizando a la población. “Esa la constante de un régimen al que solo le queda la fuerza bruta y el miedo”, sostiene.
Molina, con más de diez años de experiencia en ámbitos de liderazgo social y gerencia de la Administración Pública con enfoques en Campañas Electorales, Control y Seguimiento de Gestión, Logística, Red de Distribución y Planeación Estratégica, explica que todo lo que ha ocurrido internacionalmente, sobre todo durante los últimos días, pone al “régimen” en una situación compleja a nivel internacional.
La forma de contrarrestar esto es buscando romper por completo a los venezolanos, quienes en efecto han sentido el terrorismo de Estado tan atroz, pero también tienen la decisión de cambio intacta”, añade.
El experto explica que el mundo sabe que Edmundo González Urrutia fue el vencedor de las elecciones y en el país 90% de la población quiere que esa decisión se respete.
“La única respuesta posible del chavismo es seguir cometiendo crímenes de lesa humanidad, aquellos que llevaron a la Justicia argentina a emitir órdenes de captura contra 32 miembros de la nomenklatura (órdenes que ya están siendo tramitada con Interpol). Mismos crímenes de lesa humanidad que investiga la CPI y que, si nos guiamos por el deber ser, concluirán igualmente en la petición de órdenes de captura por parte del fiscal Karim Khan”.
El politólogo recuerda además que tanto Luis Inacio “Lula” da Silva como Gustavo Petro volvieron a incorporarse en el debate sobre lo sucedido el 28J y lo hicieron, nuevamente, hablando de soluciones democráticas.
La palabra ‘transición’ no aparece en sus expresiones, pero es esa la que piensan cuando buscan eufemismos. Y eso lo sabe el propio Maduro. Por ello, vuelvo al principio: necesitan que la líder del país, así como el presidente electo, no esté en el territorio. Así hasta le sería más fácil hablar de repetir elecciones. ¿Volverán con esa propuesta? Nada es descartable”.
Para Molina, María Corina inició una estrategia que busca recomponer la organización social que destrozó electoralmente a la tiranía mientras Edmundo, afuera, sigue sumando apoyo y mientras otros tantos dirigentes, defensores de derechos humanos y ciudadanos, buscan generar mayor presión, incluyendo lo que la propia Machado desarrolló en la entrevista con el youtuber español Enrique Fonseca sobre apuntar a los ingresos ilegales del régimen.
“Y todo lo planteado hasta aquí, aun cuando solo sabemos una ínfima parte de lo que ocurre mientras hay silencios, afecta a la estructura base del chavismo, que son los que mantienen a través del dinero negro y mucha gente que preferiría que su nombre no esté en las listas de la Interpol. Es un muro que tiene 25 años. No se va a desmoronar tan fácil, pero puede ocurrir”.
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