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Llegó a Santiago como garzona y hoy brilla como bróker al frente de dos empresas inmobiliarias

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Esperanza Hernández está en la cima, pero aun así su proyección no tiene límites. Esta valenciana con estudios en administración de empresas y corretaje de propiedades, en Venezuela y Chile, respectivamente, migró sola a Santiago en 2015 y 7 años después despunta con luz propia en el mundo inmobiliario.

“Los primeros días fueron difíciles. Trabajé como garzona, en un call center y luego en Western Union”, recuerda. En 2017 logró traer a su hija mayor y se graduó como corredora de propiedades. Su desarrollo en el campo inmobiliario fue veloz y efectivo.

Sin embargo, Hernández vivió un momento muy duro el día que su hijo de 1 año sufrió un coma diabético. “Fue súper difícil vivir algo así sin la familia. Estábamos solo mi esposo y yo bueno y mi hija mayor que a esa edad era adolescente”, comenta. Superado este trance, el éxito la abrazó.

“Crecí en redes sociales muy rápidamente. Hacía tutoriales de cómo arrendar, qué documentos se necesitaban. Y eso generaba recomendaciones. Yo me incliné siempre por la atención de nuestra gente. Trabajaba en una empresa grande del rubro por 3 años”, detalla Hernández, quien en 2018 constituyó dos empresas: Ver Horizonte Inversiones y Ver Horizonte Academia.

Ambas se dedican al corretaje de propiedades en arriendo con administración, venta de proyectos nuevos con acuerdos comerciales con más de 12 inmobiliarias en función y como broker de proyectos nuevos, generando una cartera de 100 proyectos de venta.

“Tenemos venta de usados también y la academia de corretaje, donde formamos a profesionales del rubro con opción a desarrollarse dentro de nuestra empresa”, explica.

Posicionada y exitosa

Hoy Esperanza se diferencia de los demás por ser la única bróker venezolana que vende a más de 15 inmobiliarias en Chile formada con empresa constituida y aval en el Registro Nacional de Corredores de Chile, donde trabaja de la mano con inmobiliarias conocidas del rubro de la construcción para comercializar sus proyectos de venta nuevos.

Su crecimiento ha sido muy grande y rápido. En poco más de 6 años Dios le dio la oportunidad de crecer y conocer a personas influyentes del rubro chilenos y eso le permitió generar grandes alianzas y permitir a la comunidad venezolana ser inversionista, comprar su casa propia y también formarse cómo corredor y fundar su propia academia.

Lo que más le gusta es que a muchos de los primeros migrantes que recibió y apoyo con arriendo son quienes ahora la buscan para comprar su propia casa.

Y esta es su reflexión. “La migración es un sacrificio que nos da felicidad y también tristezas, pero sobre todo nos forja para ser cada día más fuertes ante las cosas de la vida; para no rendirnos y seguir adelante por un futuro mejor para nuestros hijos que son el motor.  Yo solo no soy migrante si no mamá de un niño diabético tipo 1 y es difícil, sí, pero no imposible. Vamos a mirar al horizonte para llegar a lugares increíbles. Por eso mi empresa se llama Ver Horizonte, porqué hay que ver siempre hacia delante”.

 

 

 

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