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“Los monitores zombies”: así califican a veedores del peritaje de actas electorales en el TSJ

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Representantes del Consejo de Expertos Electorales de Latinoamérica (CEELA) y del Observatorio Parlamentario y Electoral para la Integración Regional (OPEIR), dos de las organizaciones con veeduría en el proceso de peritaje de las actas de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio que adelanta la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), tienen afinidad política con el regimen de Nicolás Maduro.

La organización internacional Transparencia Electoral, en víspera de los comicios, alertó, antes, durante y ahora, sobre la presencia de “falsos observadores” internacionales que exhiben estrechos vínculos con el oficialismo.

Jesús Delgado Valery, su director ejecutivo y coordinador de Demo Amlat, programa regional que articula a organismos electorales, partidos políticos y ONGs alrededor de los principios democráticos, tiene en el foco al CEELA y a la OPEIR.

“La observación electoral intervenida o politizada es una herramienta usada por los regímenes autocráticos para intentar comprar legitimidad y contrarrestar los efectos de las organizaciones independientes que basan sus hallazgos en una metodología rigurosa, profesional y apartidaria”, explica.

Delgado Valery revela que el CEELA fue creado con recursos públicos del gobierno de Hugo Chávez en 2004.

Cancillería Venezuela 🇻🇪 en X: "Nicanor Moscoso, Representante y jefe de la Misión del CEELA, Acompañante electoral: para nosotros fue una alegría ver cómo el pueblo votó en Paz, en las elecciones

Desde ese entonces acude a los procesos electorales venezolanos para intentar darles legitimidad. Bajo la dirección del ex presidente del Tribunal Electoral de Ecuador, Nicanor Moscoso, llegaron al punto de asegurar que las elecciones de 2017, en las que se registró un fraude alevoso (Smartmatic denunció que se sumaron al menos un millón de votos de manera irregular), “cumplió con los estándares internacionales y la legislación nacional, y se llevó a cabo en forma satisfactoria”, recuerda.

Sobre OPEIR asegura que la organización se encuentra registrada en Argentina y no cuenta con web o redes sociales. Su representante ante el CNE fue Carlos Aníbal López, actual parlamentario ante el Parlasur por Unión por la Patria y con una larga trayectoria en el Partido Justicialista argentino.

Primera Página | Entrevista con Carlos Aníbal López López

López cuenta con un notable perfil partidario afín al gobierno venezolano. Durante un acto en vísperas del proceso en el CNE, calificó de transparentes los procesos electorales en Venezuela y aseguró que son reconocidos en el mundo por su firmeza.

López está íntimamente ligado al Partido Justicialista, habiendo desempeñado funciones como la de asesor en la Secretaría General de la Presidencia y Secretario adscrito para Asuntos Especiales de la Presidencia de la Nación de Cristina Fernández de Kirchner. También es miembro pleno del Instituto Patria, usina ideológica del kirchnerismo”, detalla.

Diplomacia del caviar

En relación con la observación electoral del CEELA y OPEIR, Eugenio Martínez, director de votoscopio y especialista en procesos electorales, recuerda que en el mundo electoral internacional a este tipo de organización se les describe como observadores zombies, fenómeno electoral surgido a principios de siglo en el ámbito postsoviético.

Se trata, de acuerdo con un artículo de Casey Michel, posteado por Martínez en la red social X, de organizaciones e individuos que llegaron con un historial poco discernible y que presentaron las elecciones autocráticas en Uzbekistán, Tayikistán y Azerbaiyán como manifestaciones libres y justas de apoyo al presidente en el poder.

Algunos de ellos tenían sitios web, pero pocos tenían información de contacto. La mayoría aportaba un factor que los observadores electorales nacionales o de la región no podían proporcionar: eran occidentales. Y su objetivo era que aportaran credibilidad.

Procedían de naciones democráticas, por lo que no importaba si tenían o no experiencia en la observación de elecciones. Lo único que importaba era su ciudadanía. Si tenían antecedentes políticos, mucho mejor. Las elecciones servían como una vía más para que estos gobiernos utilizaran sus métodos de ‘diplomacia del caviar’ para engatusar a los políticos occidentales actuales y anteriores para que pasaran por alto las deficiencias electorales y citaran el ‘progreso’ y la ‘transición’ evidentes”, se lee en el El auge de los monitores zombies, de Michel, fechado en 2015.

No importaba, describe el artículo, que las observaciones de estos individuos y organizaciones no siempre encontraran audiencia. “Estaban destinadas en gran medida al consumo interno, algo que los respectivos gobiernos podían utilizar ante los ciudadanos para hacer pasar la votación como una elección real”.

Martínez destaca además, en el caso del peritaje del TSJ, los procesos que no se realizan y deberían, y los vínculos políticos que ni siquiera ocultan.

¿Quiénes son los auditores nacionales convocados por el TSJ para el peritaje de los resultados? El grupo de técnicos y profesores de la USB que suelen trabajar y ser convocados por el rector Carlos Quintero como auditores externos del sistema”.

“¿Están presentes en este peritaje los equipos de auditores del sistema automatizado de los partidos MUD, MPV y UNT?  ¿En este peritaje se verifica que el material entregado por el CNE se corresponde con el del #28Jul o fue generado en los días posteriores? ¿En el peritaje del TSJ se intenta replicar las tres auditorías esenciales post #28Jul que el CNE se negó a realizar? ¿En el peritaje del TSJ se cotejan y verifican los hash y firmas digitales de las actas de escrutinio?”, se pregunta. Y siempre la respuesta es: ¡No!

“¿Qué se hace en el peritaje del TSJ? Se verifica que una muestra (no precisada) de las 30026 que el CNE dice que se corresponden al #28Jul concuerdan que las bitácoras de la sala de totalización que el CNE dice se corresponden con el #28Jul ¿Se verifica que esto es cierto? No”, concluye.

 

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