En el marco del primer año del asesinato de Ronald Ojeda, su hermana, Mayra, ofreció una entrevista a El Vinotinto, en la que se refirió -aún dentro del huracán emocional de su familia y más cercanos- a lo que considera logros del teniente retirado del Ejército aún muerto:
A veces pienso que Ronald sigue dando la batalla”, afirma con una sonrisa de reivindicación.
Su sacrificio, piensa, no ha sido en vano. ¿Lo principal? El desmantelamiento de decenas de casas de tortura y la aprehensión de un número importante de integrantes de la célula del Tren de Aragua que se instaló en la Región Metropolitana.
“Estoy convencida que gracias a su energía han ido cayendo poco a poco esos militantes de la dictadura venezolana, de la brisa bolivariana”, sostiene. “Los enemigos no son los chilenos ni los venezolanos de bien sino quienes tratan de oprimir y doblegar restando importancia a los valores y a la vida misma”.
Mayra recordó a Ronald como una persona alegre y bromista, pero extremadamente recta y estratégica en función de sus objetivos que no eran otros que derrocar a quienes secuestraron a nuestra nación.
“Pienso que por eso fueron por él porque en múltiples oportunidades le ofrecieron cosas ilegales y él les dijo que no. Por eso lo capturan la primera vez y lo someten a una serie de torturas que le dejaron marcas: entre ellas corrientazos. ¿Y sabes qué? Él, a pesar de las torturas que le hicieron en su cuerpo, jamás delató a un compañero”, detalla.
Timón familiar
Ojeda reconoce que pese a que Ronald era su hermano menor era el timón de su familia en Santiago de Chile: “Todo lo que decía dejaba una enseñanza”, afirma y detalla que luego de un inicio que su familia consideraba lento la Fiscalía de Chile avanzó bastante y recordó que mucha información que ya se tiene se encuentra en fase sumarial. “Creo sí que falta mucho, pero que lo vamos a lograr. Se va a ir desenmascarando la dictadura”.
Ojeda apunta en el Live con Víctor Higuera, editor de El Vinotinto, que su hermano era muy cercano a Oscar Pérez. En algún momento se escribían mucho. Iban por esa misma línea, enfrentados con todo contra el diablo”. Recuerda que a pesar que lo torturaron jamás albergó rencor u odio contra sus verdugos y absorbió lo sucedido como algo que le dejó algún tipo de enseñanza.
En una oportunidad, como familia, iban a comprar ropa y calzados, pero en algún momento Ronald se contrario. “Para que comprarme un par de zapatos si los niños en Venezuela están descalzos”.
Ni show ni politiquería
Sobre la instalación de una placa conmemorativa en su honor que anunció la Municipalidad de Independencia en la Plaza El Trébol, donde siempre solía coincidir su familia, aseguró que no se trata ni de un show ni de un evento que aspira a obtener algún rédito político.
Esta iniciativa nació porque vivimos casi 7 años en Independencia sin generar ningún tipo de ruido e íbamos siempre a plaza en la que se va a recordar a Ronald. De hecho, compartimos el 24 de diciembre antes de su secuestro y asesinato, con los niños. Él llevo los regalos escondido. Siempre íbamos a jugar fútbol o pasear a una mascota que tuvimos”, se refirió al evento que se realizará en coordinación con la ONG Proyecto Tepuy.
Ronald Ojeda, disidente del régimen venezolano –con asilo en Chile– fue secuestrado desde su domicilio en la comuna de Independencia.
El plagio fue ejecutado por un grupo de criminales disfrazados de funcionarios de la PDI, en una operación cuya autoría intelectual, según el Ministerio Público chileno, descansaría en Diosdado Cabello, ministro de Interior y Justicia venezolano.
Diez días después del delito, el exmilitar fue encontrado muerto en la toma Santa Marta, en Maipú. Fue hallado con señales de tortura, enterrado en una maleta, a 1,4 metros de profundidad bajo una capa de cemento.
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