Ficción de un traje. Género artificial es el título de la nueva colección realizada por el diseñador venezolano, Alejandro Crocker en colaboración con la casa de moda colombiana, Carlos Nieto que dio las prendas que no se usaban para que el diseñador las transformara. Además, la marca automotriz KIA también participó en esta colección, haciendo de este evento un espacio no solo de la moda, sino también de avance en el diseño.
El comienzo fue toda una sorpresa, pues nadie se imaginaba que el artista caleño, Dolores, interpretara el clásico del rock en español ‘Lobo hombre en París’, luciendo un abrigo en denim firmado por Crocker y a bordo del nuevo vehículo eléctrico Kia EV.
Para el cierre de la pasarela, los 40 modelos salieron acompañados por un grupo de mujeres migrantes venezolanas de la fundación ‘Juntos Se Puede’, quienes fueron las encargadas de crear cada prenda de la colección. Justo después, apareció en escena Alejandro Crocker, rindiendo homenaje al trabajo de su equipo con el mensaje “Juntos se puede”.
Con esta colección, Crocker propuso un viaje por la historia del traje y, a su vez, retó las normas impuestas por la sociedad de cómo se debe representar lo masculino y lo femenino en el vestir.
“Esta colección aborda el poder, tanto social como individual, que nos da el vestuario. Y tiene como punto de partida la excelencia de la marca Carlos Nieto”, explicó el diseñador.
Una inspiración europea
Crocker se inspiró en tres mujeres principalmente para crear esta colección. La parisina George Sand, quien se popularizó por usar atuendos masculinos en la París de 1800; la actriz y cantante alemana Marlene Dietrich, quien lideró un grupo de estrellas lesbianas y bisexuales en Hollywood; y la pintora mexicana Frida Kahlo, quien desafiaba las convenciones y nociones de género.
Compromiso ambiental
El diseñador caracterizado por su compromiso con la sostenibilidad ambiental y social, vuelve a apostarle al lujo consciente y a la remanufactura creativa.
Las prendas fuera de uso de la marca fueron seleccionadas para ser intervenidas en nuevas creaciones con criterios de diseño basados en el aprovechamiento de materiales, la recuperación de insumos y la reducción del desperdicio. Por lo que para esta colección no fue necesario comprar ningún tipo de material nuevo.
“Reparar como un acto revolucionario. en eso consiste esta pasarela en todo sentido. Es la ocasión para darle una segunda oportunidad a los materiales y, en cuanto a lo social, a las personas que participaron en el proceso de elaboración de la colección”, explicó Alejandro Crocker.
Compromiso social
En cuanto al compromiso social, el proceso de creación de las prendas de la colección contó con la participación de 30 mujeres pertenecientes al equipo de Alejandro Crocker y mujeres migrantes venezolanas de la fundación ‘Juntos Se Puede’, una organización sin ánimo de lucro que impulsa la integración e inserción socio productiva de migrantes y refugiados.
Además, los bolsos que estarán en la pasarela fueron elaborados por personas privadas de la libertad de la cárcel de Picaleña, en Ibagué.
Trayectoria multifacética
Alejandro Crocker es un destacado artista venezolano con una trayectoria multifacética que abarca diversas disciplinas creativas. Su formación en historia del arte se forjó a través de una tutoría privada en la prestigiosa Universidad de la Sorbona en París, donde adquirió un profundo conocimiento y aprecio por la expresión artística a lo largo de la historia.
Con una sólida experiencia en dirección de arte, gestión cultural y teatro, Crocker ha dejado una marca indeleble en el mundo del arte y la moda. Desde una edad temprana, su pasión lo llevó a trabajar en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, donde se sumergió en el mundo del arte y la creatividad.
La influencia de su madre, una ferviente amante de la moda y coleccionista de piezas únicas e importantes, fue fundamental en el desarrollo de su carrera. Hace más de dos décadas, inspirado por ella, Crocker comenzó a explorar el arte de la restauración de tejidos antiguos y la creación de piezas con textiles reciclados, marcando así sus primeros pasos en el mundo de la moda sostenible.
Su carrera como reciclador creativo y diseñador de moda despegó en la bulliciosa ciudad de Caracas, donde sus creaciones únicas y sostenibles captaron la atención de la industria y el público por igual. Más tarde, se trasladó a Miami, donde abrió su propia tienda y se sumergió en el vibrante escenario de las ferias de moda más importantes de Estados Unidos, consolidando su reputación como un talento innovador y visionario en el mundo de la moda.
Con información de Caracol y Diners
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