La historia de Vanessa Arenas, periodista barquisimetana en Santiago, está llena de escalones que se suben a fuerza de formación, talento, sacrificio y vocación.
Vanessa estudió Comunicación Social en la Universidad Fermín Toro, pero desde el 7mo semestre ya ejercía la carrera en el canal Promar TV, como generadora de caracteres.
Esos fueron mis inicios. De allí pasé a ser reportera del noticiero Promar y tras graduarme empecé en el periodismo escrito, en La Prensa de Lara. Allí cubrí la fuente sucesos (policiales) y descubrí que me encantaba la adrenalina de esa fuente”, recuerda.
Su rigor y constancia la hicieron ganador varios premios de periodismo como parte del equipo de la Prensa. Fue vital en su éxito, Luis Grisanti, un editor que la impulsó y le dio libertad para cubrir y escribir los temas que quería.
Luego se mudó a Caracas y trabajó en varios medios: Noticias 24, la redacción de la Cadena Capriles, en la que cubría para Últimas Noticias y El Mundo Economía y Negocios; y luego llegó a Efecto Cocuyo y se desempeñó como colaboradora para El Estímulo.
Apostolado
“En esos medios crecí y viví el periodismo con muchísima entrega y disfruté porque aprendí de grandes editores y periodistas que me dieron muchas oportunidades, incluso reportear en la calle las protestas de 2014. Vivir en Caracas me ayudó a madurar mucho en mi carrera y, sobre todo, a darme cuenta que yo realmente no podía vivir sin hacer periodismo”, asegura.
En 2017, emigró a Santiago de Chile y empezó trabajando en un mini market cerca del lugar en el que vivía, pero un día se enteró de una vacante en el Diario Financiero y tras varias entrevistas, se incorporó a su equipo.
Creo que fue uno de mis más grandes retos en el periodismo: ejercer en otro país y además en un periódico del peso que tiene el Diario Financiero. Tuve que estudiar muchísimo de actualidad, economía y negocios”, afirma.
Justo antes de entrar a Diario Financiero, recuerda, hizo una pequeña colaboración para el reportaje Venezuela a la Fuga, de Efecto Cocuyo con El Tiempo de Bogotá, y justo ese reportaje ganó el premio de la Fundación Gabriel García Márquez en la categoría Cobertura.
Una marca que empodera
Tras su etapa en Diario Financiero, hizo comunicaciones internas para una empresa y poco después se enteró que había llegado Forbes a Chile.
“Mandé el currículo y ¡sorpresa! Me llamaron. Y más sorpresa: quedé como periodista de Forbes Chile. Recuerdo que siempre leía noticias de Forbes Colombia y decía a modo de broma: algún día mi nombre saldrá aquí. Y como la palabra tiene poder, así fue”, sostiene.
Vanessa suma tres años en Forbes y en sus palabras ha sido una experiencia maravillosa.
Mi equipo está compuesto de gente humana, que escucha, que apoya, que habla, y entre todos nos ayudamos y colaboramos. He tenido la oportunidad de hablar en eventos en público, como el de Mujeres Poderosas que organiza Forbes, y me ha ayudado a superar mis limitaciones, ansiedad y miedo. De hecho, he descubierto que lo hago bien y me han dado más oportunidades de moderar paneles. Estoy feliz y agradecida porque sé que como migrante he superado muchas limitaciones para ejercer lo que más amo: el periodismo”.
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