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Rebecca Joseph, la venezolana que le canta a Dios e impresiona con su voz al mundo

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La voz de Rebecca Joseph @Rebecca_Joseph_1234 se arremolina en el alma de quien la escucha cantándole a Dios. Atraviesa el dolor, la frustración y la rabia, y los convierte en remanso. Tiene ese poder y lo constatan quienes la escuchan cuando caminan por el Paseo Ahumada y la ven con su micrófono y parlante.

 

Y su historia es la historia de otra guerrera que nos enaltece.  Rebecca es una ingeniera agrónoma larense con sangre haitiana. Tiene un postgrado en Docencia Universitaria y le canta a Dios y a la vida para generar ingresos.

 

Ella llegó a Santiago de Chile en marzo 2018 con su hija y meses después se fue, momentáneamente a Arica para esperar a su esposo y sus otros dos niños más chicos. “Nos separamos por temas personales y me quedé yo con mis hijos. Trabajé en tiendas, cuidando niños, de asesora de hogar, vendiendo helados, pero no pude con el ritmo de trabajar y llevar y buscar a tres niños en diferentes colegios por sus edades. Fue una pesadilla (…)”, recuerda la barquisimetana, quien en Venezuela era responsable de la entrega de créditos agropecuarios, un oficio con ingresos que la obligaron a salir del país.

 

Un día, de esos que pesan como losas en el alma, agotada, se sentó a cantar a capela en el Paseo 21. “Estaba llena de frustración y el miedo vino después. Me dieron 20.000 pesos al minuto dos de cantar. ¡Quedé asombrada! Pare de cantar en seco y corrí por mi primer parlante y allí empezó todo. Tenía tiempo para estar con mis hijos, cuidarnos, buscarlos y trabajar (…)”, detalla.

 

Rebecca afirma que está agradecida del pueblo chileno, de las buenas personas que se ha encontrado en Arica y Santiago y destaca la solidaridad que han tenido con ella y su familia. “Un día un ángel enviado por Dios vio un video de mí cantando y decidió pagarme la renta de la casa por ocho meses. Nunca le pude decir: ¡Gracias! Esa persona hoy vive en Australia y es peruana. Me depositaba a la cuenta de su hermana que corría a traérmelo. ¡Ni con mi vida podré pagar tanto amor! Eso me ayudó a reunir para comprar el pasaje de mi hermano menor que con perseverancia alcanzó a participar en un programa de TV acá en Chile mientras yo seguía cantando. Así logré traerme a mi mami y hermana y entonces pude descansar un poco luego de años durísimos, luchando cada día. Ya tengo casi tres años haciéndolo”, relata.

 

Cuando no puede cantar para ganarse la vida, Joseph trabaja como delivery y para ello impulsa su propio emprendimiento. “Es duro porque hay que llevar producto por producto hasta 3 y 4 veces para un mismo departamento que si arroz, harina (…). Lo hago desde que llego de cantar tipo 4 o 5 pm hasta altas horas de la madrugada. He pasado hasta tres días sin dormir, entre cantar, dar clases virtuales y delivery. Dios tendrá memoria de mi experiencia. Durante la pandemia me ha tocado mucho ver en otros mi antigua situación económica y tratamos de apoyar con alimentos, pero mi vida está llena de detalles duros y en otra ocasión no tuviese el valor de contarla, pero hoy con 30 años, si mi vida sirve para que otros no pierdan la esperanza, la voy a contar a todo pulmón”.

Hoy, Rebecca siente un reimpulso importante en su vida. Y mucha de esa energía y motivación se la debe al apoyo de Antoni Maia @elantonitv @undeliverydepartededios quien con un video la viralizó cantando La Gloria de Dios y en 20 días le significaron 18.000 nuevos seguidores en su cuenta de Instagram.

 

“Antoni me grabó de la nada y empecé a subir de 10 personas a 1000 diarias. Despierto al otro día y Sergio Novelli me postea el video que hoy tiene poco más de 400mil reproducciones y ahora tengo muchísimo apoyo de gente que me quiere y me anima a cantar. Ellos me dicen que entre a un concurso y por ellos lo haré. Mi mayor miedo es al fracaso, pero estoy entendiendo que eso no tiene peso cuando tu eres tu propio reto. Debo demostrar a todos que triunfar no es un reconocimiento ni un primer lugar, es por el contrario, vencer tus miedos y caminar de la mano con Dios”, cuenta, emocionada.

 

Joseph confiesa que ama a Chile por darle la oportunidad de desarrollarse y a los migrantes criollos que luchen con uñas y dientes por sus sueños. “Las excusas son solo eso. Cuando se quiere, se puede. Hay que dejar atrás la vergüenza y la pena. Debemos causarle problemas al problema. Ser duros en lo que hagamos. No importar lo que el resto diga y este mensaje no solo es para los venezolanos porque migrantes somos todos los que se identifiquen conmigo al leer esto. Que Dios me los bendiga”.

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