Es una jugada política temeraria. Que Diosdado Cabello sea responsable de dirigir los organismos de seguridad muestra, según algunos analistas y expertos en el tema político, que la élite que dirige los poderes en Venezuela no apuesta por posibles negociaciones ni piensa en una transición pacífica.
Wálter Molina, politólogo venezolano en Argentina, sostiene que Nicolás Maduro cierra filas y se atrinchera todavía más con las “nuevas” designaciones ministeriales.
El poder queda repartido en cuatro: los hermanos Rodríguez el comunicacional (Jorge) y el económico (Delcy); el poder represivo (Diosdado Cabello en el Ministerio de Interior); el que, en definitiva, sostiene al régimen, que es el militar (Vladimir Padrino López); y la cabeza que es el propio Maduro junto con Cilia Flores”, explica.
Para Molina, con más de diez años de experiencia en ámbitos de liderazgo social y gerencia de la Administración Pública con enfoques en Campañas Electorales, Control y Seguimiento de Gestión, Logística, Red de Distribución y Planeación Estratégica, no es casualidad que los nombramientos ocurran un día antes de la convocatoria de calle para este miércoles 28 de julio.
“Sobre todo el de Cabello, que ahora manejará, por ejemplo, el Cicpc y el Sebin. Queda claro, también, que los rumores que apuntaban a los Rodríguez por la caída en desgracia de Tareck El Aissami eran ciertos: todo por la gran caja”.
Para el politólogo si este “régimen” sigue en el poder los tiempos que vendrán serán todavía más oscuros. “Y será así para todos, sin distinción alguna. La urgencia de cambio no es política sino existencial”.
Movimiento de resistencia
La propuesta de Mariano de Alba en torno del atrincheramiento de Maduro con su “renovación” de gabinete apunta a mecanismos de resistencia pacífica.
De Alba cita el libro Resistencia cívica, de Erica Chenoweth.
«Los movimientos deben poder valerse de diversas tácticas, evitando concentrarse en un único método como manifestaciones. Por ejemplo, métodos de no-cooperación como funcionarios públicos siendo incompetentes al hacer su trabajo, pero preservando excusas creíbles para protegerse. La resiliencia ante contextos autoritarios supone contar con estructuras organizativas sólidas y preservarlas ante la represión, definiendo planes de contingencia ante eventualidades como esquemas de sucesión si alguno de los líderes es encarcelado”, se lee en ese texto.
El abogado venezolano, experto en geopolítica, derecho internacional y diplomacia, asegura que la mayoría de los movimientos de resistencia pacífica que prevalecieron a lo largo de la historia lograron la participación masiva de distintos sectores; convencer a grupos del gobierno autoritario a desertar; modificar con frecuencia sus tácticas y mantener la resiliencia ante la represión.
Mientras más amplia y diversa sea la base de participantes en el movimiento de resistencia pacífica, mayores probabilidades de éxito. La participación debe lograr ir en aumento y ser lo más representativa posible de amplios grupos o sectores de la sociedad.
Y añade que el movimiento (vía sus diversas esferas de influencia) debe ser capaz de convencer a parte de los responsables de implementar los distintos planes y actividades del gobierno autoritario, provocando deserciones e identificando y atrayendo a élites con mentalidad reformista.
Propuesta similar
Bajo la óptica de Andrés Izarra, exministro de Turismo de Nicolás Maduro y exministro de Información y Comunicación de Hugo Chávez, el madurismo pretende con el nuevo gabinete cavar más honda su trinchera. “Se posicionan para arreciar la represión e intentar capear las duras sanciones que vienen. Pero no hacen más que cavar su tumba”, advierte.
Izarra resalta la claridad de las señales que apunta a que Maduro y sus acólitos se encuentran completamente acorralados. Y envía un mensaje contundente a sectores políticos opositores que pontifican potenciales negociaciones. “¿Qué más señales quieren?”, pregunta.
En entrevista con El Pitazo, el exministro propone a la oposición unitaria la construcción de un aparato político que incluya la resistencia civil pacífica y la creación de redes de apoyo, protesta, reclamo y asistencia para construir las fuerzas.
La historia está llena de castas que han sido derrotadas por las voluntades del pueblo y la estrategia del pueblo y el liderazgo que el mismo pueblo se ha sabido dar. Tenemos el caso de Nelson Mandela, en Sudáfrica; el movimiento de los derechos civiles, en los Estados Unidos; la independencia india con Mahatma Gandhi. Es decir, estamos ante un reto de esas dimensiones donde tenemos que lograr una unidad de los venezolanos, de su liderazgo político que permita una épica para superar y recuperar la República”, plantea.
Para Izarra es insostenible que el gobierno se mantenga a sangre y fuego. “De alguna forma u otra, sus propias contradicciones, su propia dinámica violenta, su propia represión, su propia falta de democracia, su propia cerrazón, los va a llevar a un quiebre”, concluye.
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