El Teatro Caupolicán se encuentra bajo la lupa de las autoridades tras la muerte accidental en sus inmediaciones de un funcionario de Carabineros tras una reciente presentación.
La investigación del suceso desató las alarmas. Las autoridades determinaron que el espacio cultural y musical no cumpliría con las condiciones y protocolos necesarios para realizar actividades.
Gonzalo Durán, delegado presidencial de la Región Metropolitana, fue uno de los responsables de la verificación de las condiciones en las que se desarrolló ese evento en particular, y las que se desarrollan en eventos masivos, fiestas y espectáculos en general.
Acá hay una norma que rige estos eventos. Cuando se solicita autorización para un evento porque considera más de tres mil personas de público, se tiene que hacer una cosa que se llama directiva de funcionamiento, que, entre otras cosas, incluye la contratación de guardias, que tienen que ser debidamente certificados por el OS10, en fin, hay una serie de requisitos para la realización de este evento. Y lo único que yo señalé es una cuestión de sentido común, y es que vamos a verificar que se cumpla con la norma en relación al funcionamiento de estas actividades”, añadió.
En una entrevista y ante la pregunta de si lo sucedido podría eventualmente significar una clausura, Durán respondió que sí, y explicó que cuando cualquier lugar en el país no cumple con la normativa, en los ámbitos de especial gravedad, podría significar la clausura de ese establecimiento.
“De manera que hablé en un sentido general respecto de la norma en esta materia. Dicho esto, después aclaré respecto de este local, de este teatro y en cuanto a cualquiera, que nuestro propósito no es andar clausurando, nuestro propósito es que funcionen de acuerdo a la ley y para eso se hacen las fiscalizaciones”, prosiguió.
Sin embargo, Durán aseguró que surgieron antecedentes que dan cuenta que no se trata solo de un evento en el que se producen incidentes en las inmediaciones, sino que están relacionadas con la manera particular en que se resolvieron aspectos de organización de los eventos, y hoy ya es materia de investigación judicial. “En ese sentido, vamos a estar a la espera de esa investigación”, señaló.
“Nosotros hemos clausurado discotecas, lugares de diversión, y no porque no queramos que la ciudad funcione, no porque no queramos que existan lugares de este tipo, lo que queremos es que cumplan con la ley en lo relativo a cómo funciona internamente”, agregó.
Un lugar lleno de historia
El Caupolicán es un recinto emblemático cuya historia comenzó en 1936 cuando la Caja de Empleados Públicos financió la construcción del entonces primer recinto de espectáculos a nivel internacional de la capital chilena.
Así, en el Caupolicán se podía ver de todo. Desde espectáculos internacionales de primer nivel, hasta jornadas heroicas del deporte, como el primer título sudamericano que ganó el básquetbol femenino para Chile, en 1946.
Pero la historia del Caupolicán no se puede escribir sin mencionar a su principal motor, el iquiqueño Enrique Venturino Soto, quien tomó el control del teatro a comienzos de los años 1940 y no paró hasta su muerte. Por esos años, Venturino, propietario de la empresa chilena Cóndor, ya era todo un personaje de la farándula nacional”, se lee en la página del Teatro.
Sobre los múltiples contactos de Venturino se lee que estos le permitían traer a lo mejor del espectáculo internacional.
Por allí pasaron verdaderas estrellas de la época, como Louis Armstrong, Catherine Valente, Duke Ellington, Bill Haley y sus Cometas, Jorge Negrete, Lucho Gatica, Raphael, Lola Flores, Maurice Chevalier, Juliette Gréco, Chito Faró, la Filarmónica de Nueva York, Claudio Arrau, el concierto privado de Fergie, entre muchísimos otros.
Sin embargo, esta época se vio opacada por un periodo que amenazó al teatro a terminar en el olvido.
La quiebra de la empresa en 1984 lo llevó a caer en manos del Club Social Deportivo Colo Colo, cambiando nuevamente de nombre a Monumental. En esta época los espectáculos fueron principalmente de rock, causando algunas molestias de los locatarios aledaños y algunos vecinos.
El teatro fue reinaugurado como Caupolicán a fines del 2005, con el grupo argentino Los Nocheros… … y convirtiéndose en uno de los recintos de espectáculos más importantes del país.
¿Solo delincuencia?
Las investigaciones en torno del funcionamiento del teatro apuntan al incumplimiento de normas de funcionamiento y protocolos en el marco de la realización de un espectáculo, pero José Antonio Aravena, administrador del recinto cultural, solo ve en su radar el incremento de la delincuencia en las zonas aledañas.
Aravena denuncia en entrevista con Bio Bio que la criminalidad se encuentra desbordada y que la calle San Diego no escapa de esta realidad. “Hace dos años que estamos con un problema muy intenso. El país cambió mucho”. Habló del impacto de los cuidadores de autos ilegales y del comercio ambulante, pero intensifica su discurso para referirse a bandas organizadas que se acercan para robar teléfonos.
El administrador explicó que el cierre del local sería sumamente complejo.
Son más de 100 personas que vienen a trabajar de forma part-time. Son muchas las familias que dependen de este Teatro emblemático. Bueno, nos tiene preocupados la situación”.
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