La emboscada que sufrió Volodímir Zelensky en la Casa Blanca la tarde de este viernes 28 de febrero, confirma un hecho que, aunque muchos ya intuían, era importante dejar en evidencia: el gobierno de Donald Trump, es en los hechos, un aliado de Rusia.
Fernando Mires, profesor emérito de la Universidad de Oldenburg, Alemania, y autor de numerosos artículos y libros sobre filosofía política, política internacional y ciencias sociales, asegura que tras el polémico encuentro con Zelensky, Trump le mostró al mundo que toma partido en favor del “totalitarismo” de Vladimir Putin y las más horrendas dictaduras.
El mundo transtornado de Trump: Zelensky es dictador, Putin no. Zelenzky es culpable de la invasión a Ucrania, Putin no. Zelelezky quiere la guerra, Putin quiere la paz. El mundo está en las manos de un loco”, enfatiza y recuerda que, si bien en el pasado EE.UU. cometió “barbaridades” en países como Vietnam, su objetivo era claro: cerrar el paso al totalitarismo comunista.
“En Irak y Libia luchó, mal que mal, contra horrendas dictaduras”, añade.
Mieres advierte que, sobre el tablero y tras la reciente eliminación de los permisos de exportación a Chevron y la incertidumbre que supone la no modificación de la licencia, Venezuela queda mal parada. “¿De veras piensas que las sanciones son para ayudar a Venezuela? Ni lo imagines. Cuando más Trump busca limpiar algo de su perfil internacional después de las porquerías que está haciendo a Ucrania. Los que pagarán esa jugada sucia serán los pobres de Venezuela”, advierte.
«Nada mejor para un dictador que ser sancionado. Así puede culpar de la miseria que ellos producen a ‘los enemigos externos’. (..) Ni las dictaduras de Argentina, ni de Chile, ni de Uruguay, ni del bloque soviético ni de Oliveira Salazar, ni de los coroneles griegos, ni de Somoza, fueron sancionadas. Todas cayeron. Las de Rusia, Belarus, Irán, Venezuela, Nicaragua, Cuba han sido sancionadas. Todas firmes”.

¿Vale Venezuela una Ucrania?
Pero más allá del tema de las sanciones, florece una realidad compleja sobre el rol de Venezuela para Rusia y Estados Unidos con Trump como director de orquesta. ¿En silencio se coloca a nuestro país como una baza para la Casa Blanca?
De entrada, para Luis Eduardo Zue Hernández, internacionalista y gerente de Proyectos de la Fundación Konrad Adeanuer en Chile, lo sucedido en el Salón Oval de la Casa Blanca, expuso al mundo la posición “transgresora” de Trump y la “dignidad” de un Zelensky que pese a luchar por la supervivencia de su país tras tres años de agresión brutal por parte de Putin, se marchó sin firmar ningún acuerdo.
Zue Hernández, sin embargo, entiende que el líder ucraniano, al no contar con el respaldo de EE.UU., se muestra militarmente más débil ante un Putin que en la distancia, tuvo poco tiempo para frotarse las manos por las manifestaciones de apoyo a Ucrania que se dieron de inmediato por parte de importantes potencias europeas.
“Básicamente lo que hizo Trump fue cobrarle el apoyo financiero que le dio el gobierno de Estados Unidos en la anterior gestión, un vulgar chantaje a cambio de la concesión de licencias de explotación de valiosos minerales en Ucrania. El tema es el costo de la paz. Negociar bajo condiciones que inclinan la balanza en favor de Putin”, añade.
Si bien el internacionalista reconoce que con Trump todo es relativo y cambiante en un corto y reciente periodo en el que deja decenas de frentes abiertos como si se tratase de minas explosivas activas, Venezuela no deja de ser una nación apetecible para negociar.
Sobre todo porque cuenta con recursos necesarios en materia de producción de tecnología y no tanto por el petróleo, porque más allá de contar con las mayores reservas del mundo, se trata de un crudo pesado y extrapesado que requiere una muy alta inversión para refinar”, sostiene.
Otro factor que hace atractiva a nuestra nación es su ubicación geográfica, lo que permitiría mantener a raya a grupos terroristas como Hezbollá y las FARC, y contrarrestar la penetración de China en América Latina. Eso sin contar con un factor fundamental para quedar bien parado ante su electorado, terminar con la crisis migratoria.
Pensar hacia adentro
“Hace falta pensar hacia adentro y para adentro”, asegura Ricardo Sucre Heredia, en su cuenta X. El politólogo considera que la ruta política en Venezuela no puede estar sujeta a Trump ni o a Trump Jr.
El presidente Donald Trump pareciera ser más aficionado al póker con grandes jugadas y amenazas, mientras que la diplomacia mundial sigue moviéndose en el tablero de ajedrez con más delicadeza, con negociaciones y diálogos”, compara Julio César Pineda, internacionalista.
“Así ha sido no solo con Ucrania sino con Panamá, Canadá, México, el Medio Oriente y Groenlandia (Dinamarca), con amenazas violentas. Y así ha sido también con el petróleo de Venezuela”, recuerda Pineda, quien no descarta que sea una estrategia para negociar luego, como ocurrió con México y Panamá.
El exembajador venezolano se refiere al fin de la Licencia 41 (en el papel, porque Chevron tiene 6 meses de operaciones más), y explica que si bien afecta a Venezuela también al sur de los Estados Unidos que cuenta con refinerías adaptadas para nuestro crudo y de la misma manera por un tema de cercanía geográfica.
“Algunos dicen que es una amenaza directa, pero para negociar después y hay que estar dispuestos a negociar. Ojalá que el gobierno venezolano llame a todos los especialistas en diplomacia y petróleo para sentarse a negociar y a tratar de llegar a acuerdo con los EEUU más que confrontar como está haciendo la propia China a pesar de su línea comunista”, recomienda Pineda.
De acuerdo con el también conductor del programa Brújula Internacional, es una situación difícil que obliga a Venezuela a buscar nuevas alternativas comerciales y socios en el mundo de los negocios, para lo cual considera necesario la creación de un frente común.
No sabemos hasta donde llegue el presidente Donald Trump, pero está forzando y rompiendo con todo el sistema internacional. Ya se acaba el Orden Mundial que teníamos desde 1945 y Estados Unidos pareciera volver a una etapa monárquica”.
Héroe sin capa
En un artículo de opinión, Carlos Raúl Hernández reflexiona sobre el inestable escenario que propicia Trump, con las visiones enfrentadas hacia lo interno del Partido Republicano, de la suspensión de la cooperación internacional, por un lado; y del resultado que arrojó la política de ‘máxima presión’ en 2019, por otro.
Lo que no resulta demasiado cuerdo es contar con que la política exterior norteamericana se orientará a promover cambios decisivos a favor de la restitución de la democracia en Venezuela”, añade el reconocido magíster en Ciencias Políticas.
Hernández considera que habrá que preguntarse cómo incidirán las nuevas decisiones en los futuros arreglos entre Trump y Maduro y cuál sería la reacción desde Miraflores a las amenazas creíbles, las exigencias precisas que estas abarcan y el dilema planteado entre ceder a la presión económica o desandar el camino de recuperación de los ingresos petroleros para reimpulsar redes de cooperación con socios autoritarios, con consecuente aumento del desvío, corrupción y opacidad en las operaciones.
Pero, el politólogo insiste en que, al margen del desarrollo de dinámicas bilaterales con poco chance de ser intervenidas por actores sin influjo, sorprende cómo, a espaldas de toda evidencia, resucite la tesis de que el eventual colapso financiero contribuirá a debilitar al gobierno -no a una población sin alternativas- y generar el consabido ‘quiebre’.
Comentarios