Llegar a donde se encuentra hoy no fue fácil para Édgard Carías Galindo, contador público barcelonés, graduado en la Universidad de Oriente con diplomado en Administración Tributaria en FundaUDO y maestría en gerencia tributaria integral en la Universidad Gran Mariscal de Ayacucho.
Édgard emigró a Santiago de Chile el 4 de enero de 2017. Lo hizo después de trabajar en grandes consorcios, entre ellos Empresas Polar. “Al llegar mis expectativas eran poder conseguir de mi área rápidamente, pero el título solo sirvió para meter la visa”, recuerda.
Laboró como garzón y operador en una planta de agua y una de hielo. “Mientras más investigaba las respuestas eran que era imposible ejercer, que era muy difícil crear una empresa y más para los extranjeros, que los términos eran distintos. Igual nunca perdí la fe”, sostiene.
Édgard confiesa que cometió el error de ir a vivir en la planta de hielo. Trabajaba 16 horas al día por salario mínimo. “Me descontaba el arriendo y tenía que comprar mi comida”, sostiene. No tenía carnet ni vida social, pero debía mandar semanalmente dinero a su familia en Venezuela”, detalla.
Fue una etapa dura. Perdió la posibilidad de hallar trabajo por no tener el carnet en físico y en un momento de desesperación comenzó a enviar currículos a firmas de auditores. Una mañana recibió una llamada para una entrevista. Así comenzó como auditor de grandes empresas de la zona franca y de equipos como Tierra de Campeones (Club Deportes Iquique).
Allí se dio cuenta que todo era muy similar en materia de impuestos. Tenía un equipo a su disposición. “Era muy poco lo que ganaba para lo mucho que hacía, pero fue una gran experiencia. Debía explicarle a los contadores chilenos de estas empresas cuáles eran los errores que cometían en su contabilidad y sugerir cómo hacerlas bien. Eso medio la fuerza que necesitaba”, precisa.
Refuerzo fundamental
En noviembre de 2019, con la llegada de su padre a Chile, con el mismo nombre, Édgard decidió lanzarse como independiente. Así nació @contaemprendedor Se prepararon día a día y cada uno de sus trámites se ejecutó con éxito. “No teníamos ni siquiera un contador chileno para consultas, pero a nuestro primer cliente se le abrió una empresa, se le sacaron permisos sanitarios, se realizó F-29, y la contabilidad. Ya sabíamos que podíamos lograrlo”, reafirma.
La proyección de la firma desde entonces es grande. A ella también se integró Argelina Henríquez. El último año pasó de 15 clientes a más de 90 a nivel nacional. Cuentan con una sede en Iquique y en Santiago, y próximamente otra en Antofagasta. “Perú y Argentina son focos que en un futuro cercano también podremos abarcar”, augura.
Édgard tiene como norte ayudar y orientar a emprendedores venezolanos, muchas veces engañados. A través de @contaemprendedor llevan los impuestos mensuales, remuneración, contabilidad y además gestionan financiamiento de proyectos en instituciones como Corfo y SERCOTEC.
Y este es su mensaje: “Cualquier persona natural o jurídica puede postular y ganar esto sin devolución. También estudiamos financiamientos privados con los bancos. Preparamos esa proyección y nos enfocamos en lograr un financiamiento que nos impulse a expandirnos. Al principio suele ser un poco duro cambiar la mentalidad de emprendedor a empresario, pero con nuestros controles y asesoría permanente, los impulsamos para seguir creciendo”.
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