La historia de migración de Mónica Labrador @Marketomatic comienza a mediados de 2018 cuando emigró de San Cristóbal, estado Táchira, a Bogotá, para estudiar Administración de Empresas con enfoque en Marketing, gracias a un programa de intercambio. Por las noches, estudiaba maquillaje profesional y además trabajaba en una oficina de diseño arquitectónico como coordinadora administrativa.
Un día se le presentó la oportunidad de migrar a Chile de forma legal con el sueño de tener a toda su familia reunida. “Somos 5. Mis papás, empresarios en el área de uniformes institucionales, me mostraron desde muy pequeña qué significaba tener tu propio negocio. Vi de primera mano que es trabajar 24/7 y el esfuerzo que conlleva”, asegura.
Fue tanta la guía que sus padres le inculcaron la idea de estudiar Administración de Empresas a Mónica y a sus dos hermanos. Tenían la idea de que en el futuro pudieran dirigir y sostener su negocio propio. “Así estábamos los tres, con la misma carrera, pero con especialidades diferentes. Mi hermano mayor enfocado a las finanzas, mi hermana a los negocios internacionales y yo, siempre buscando la creatividad, decidí especializarme en marketing”, sostiene.
Mónica llegó a Chile a finales de noviembre de 2020 (Post estallido social y pre pandemia mundial). Se visualizaba consiguiendo trabajo de su pasión en ese momento que era maquillaje profesional y al segundo día de llegar halló empleo en una tienda de maquillaje en el Mall Parque Arauco, en Las Condes, donde laboró hasta que llegó la pandemia en marzo del 2021.
El escenario era complejo: Bloqueo total de la ciudad, centros comerciales cerrados y en su mente reinaba el pensamiento: Última en llegar, primera en salir, sin contrato indefinido y sin nada más que me asegurara algún ingreso de dinero en un país desconocido. “Claro que me llené de ansiedad y pánico y efectivamente me quedé sin trabajo. Con la incertidumbre más grande de mi vida, pero pasaban los días y otros temas ocuparon mi mente…como el hecho de asimilar el fallecimiento de mi abuela paterna estando en otro país”, recuerda.
Esa pérdida sacudió a Labrador muy fuerte y al día de hoy confiesa que sigue sin procesarlo totalmente. Para colmo, a eso se le sumó el agotamiento de sus ahorros y la finalización de una relación amorosa en la que había invertido tiempo. Sin ingresos y con el obstáculo de la pandemia.
“Recuerdo que en una ocasión fui a un Líder, y se me antojaron mucho unas galletas y no pude comprarlas porque no tenía nada de dinero. Días desempleada, con el corazón roto y sin ningún propósito o meta clara. Sentí que toqué fondo. En ese momento me di cuenta que muchas veces invertimos tiempo en personas (o cosas) que terminan yéndose o acabándose, sin darnos cuenta que nuestro proyecto más importante somos nosotros”, reflexiona.
Su hermano, a inicios de la pandemia, le había dicho que en el tiempo encerrados podían llenar un cuaderno con conocimientos que pudieran refrescar o encontrar del tema que me apasionaba tanto cuando inicié mi carrera, que era el marketing, y eso hice, pero pensé:
“¿Porque quedarme esos conocimientos si puedo compartirlos? Podía hacerlo en una cuenta de instagram donde iba a ir registrando todo lo que fuese aprendiendo y así fue, cree la cuenta y en julio del 2020 a mis 21 años de edad comencé lo que hoy en día es Marketomatic. A medida que iba publicando las personas me iban dejando sus dudas y me preguntaban por servicios específicos. De allí fui construyendo con las necesidades de mis seguidoras los servicios que les sirvieran para solucionar y para que ellas aprendieran también. Fue creciendo y creciendo a pasos de hormiguita con la ayuda de personas increíbles que me tendieron una mano y confiaron en mí cuando nadie lo había hecho y que todavía se los agradezco de corazón”.
Gracias a Dios, a mi familia, a las personas que me apoyaron y me han seguido desde el día 1, mi trabajo constante se ha materializado en una empresa de profesionales creativos enfocada en ayudar emprendedoras de todo el mundo a través de la estrategia y la creatividad digital. Donde en tan solo dos años hemos tenido +111 clientes satisfechos de diferentes países, entre estos Chile, Estados Unidos, Venezuela, Colombia, México, Argentina y hemos reunido una comunidad de +12.700seguidores en instagram, +12.200 seguidores en Tik Tok. Donde resolvemos dudas de forma gratuita para las emprendedoras que lo necesitan.
Lo que más agradezco es que construí el trabajo de mis sueños donde ayudo a las emprendedoras a brillar en sus redes sociales y día a día acercarse a sus sueños. Demostrando que creer es crear.
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