Opinión

A dos semanas de las elecciones aumenta el desequilibrio oficialista

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Por Milos Alcalay

Tras los sucesivos triunfos alcanzados durante la campaña, el binomio María Corina-Edmundo, se consagró de manera contundente con los resultados de las elecciones del 28J. Esa fue una estocada fulminante contra el Régimen, al exponer ante la opinión pública nacional e internacional el fracasado fraude electoral orquestado por el Rector Amoroso, presidente del CNE y sus cómplices.

La oposición arrasó en las elecciones del 28J y pudo demostrarlo con el 83% de las actas publicadas en su página web, abierta a que los especialistas constaten su veracidad y trasparencia. De esta manera, parafraseando el conocido adagio: “La mujer del Cesar no sólo debe ser honesta, sino parecerlo” se aplica a la epopeya de la gran líder electoral, cuya victoria no solo fue honesta, sino que además se pudo demostrar.

Han transcurrido un par de semanas desde el día de las elecciones y todavía se está a la espera de que el “mejor sistema electoral del Mundo” -como les gustaba presumir- cumpla con su obligación Constitucional de entregar las actas pormenorizadas. Pero en vez de cumplir con su obligación, le traspasa ese Poder Constitucional exclusivo al Tribunal Supremo de Justicia, que convoca a petición de Maduro, a que sean los candidatos de la “oposición” que presenten las Actas que tienen, invirtiendo la carga de la responsabilidad a terceros. Al mismo tiempo, aun sin cifras, el CNE y el TSJ dictaminan la proclamación ilegal de Maduro como Presidente electo, que evidencia, lo que algunos comentaristas califican como un auto-golpe.

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La plana mayor del oficialismo con el candidato a la reelección a la cabeza, actúan de manera cada vez más desequilibrada, mientras que la gran estratega María Corina y sus aliados, han sido tan contundentes, que, mantienen arrinconado y desorientado al Régimen que ha perdido la brújula de la sensatez.  La narrativa oficialista es pobre, contradictoria y absurda. El Mandatario está desnudo y ni siquiera sus aliados internacionales quieren retratarse con él.

Ante las presiones internacionales para que ambas partes, Gobierno y Oposición acuerden a través del dialogo y la negociación una transición pacífica en base al reconocimiento de la soberanía popular, el Régimen se encierra en la narrativa totalitaria de permanecer en el Poder “por las malas”, optando por “criminalizar” a los dirigentes triunfadores.

Para lograrlo, detiene arbitraria e ilegalmente a dirigentes acusándolos manera absurda por “terroristas, nazistas, fascistas, imperialistas, colonialistas, sionistas, golpistas, racistas”, desatando un “pogrom” contra todo disidente con el fin de amedrentar a miles de venezolanos al secuestrarlos en las nuevas cárceles del terror, pero “con amor y paz” como suelen repetir de manera Orweliana… Como si esto fuera poco, repite de manera diaria amenazas e insultos contra los principales líderes democráticos para hacer inviable un dialogo civilizado y ejecutar una brutal represión militar-policial-colectivos armados contra civiles desarmados.

Para “legalizar” su represión, han desempolvado al Consejo de Estado, en el que los juristas del horror les abran las puertas a la Asamblea Nacional, a la Fiscalía y al TSJ para introducir la tipificación de nuevos delitos que no existen en ningún régimen democrático del mundo., De esa manera, pretenden amedrentar a los ciudadanos con el abuso de futuras sentencias represivas para impedir legitimas protestas pacíficas, censurar la libertad de las ONG’s y  la sociedad civil, prohibir el uso de las redes sociales, controlar  internet, whatsapp y medios de información, convertir la libre expresión en supuesto “delito de odio”

El liderazgo del chavismo disidente se separa del Madurismo, siguiendo el clamor del cambio con el que ya se definieron las mismas bases que votaron en su momento por Chávez, pero que ahora están identificados con el carisma de María Corina y la oferta de cambio en Libertad. Por eso los chavistas históricos se separan de este desastre y se preguntan si ¿esa es la “revolución” que pregonaba Chávez?

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Los nuevos aliados de Maduro, son militares y policías ideologizados, acompañados por algunos de los colectivos extremistas armados por el Gobierno, secundados por una “oposición” complaciente de alacranes unidos a una nueva clase de empresarios corruptos a quienes el pueblo identifica como boliburgueses, que abusan del uso de los dólares – moneda del Imperio- que se ha convertido en la moneda de uso nacional para todas las transacciones. A su vez, algunas trasnacionales del petróleo, quieren mantener el “status quo” para hacer buenos negocio.

La derrota electoral contundente acabó con el Cuento del “Gallo Pinto”. Ahora es otro gallo el que cacarea, con la narrativa interminable y vacía de sus voceros con el “Cuento del Gallo Pelón”. Los venezolanos están cansados de un cuarto de siglo de fracasos y mentiras. Las interminables horas de perorata, en los canales oficiales y medios cooptados, ya no lo escuchan ni sus incondicionales seguidores. La inmensa mayoría quiere un cambio y poner fin al desequilibrio oficialista. Para ello, los venezolanos contamos con la solidaridad internacional para ayudar a poner fin al desequilibrio oficialista e iniciar una nueva era de paz, pluralismo y democracia.

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