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Así es el karma de registrar la visa de residencia en la PDI

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El despacho encargado de validar y estampar el documento se ve desbordado por la cantidad de inmigrantes. Hasta seis horas tarda un procedimiento que debería tardar en teoría cinco minutos.

Texto y fotos: Douglas Pereira Medina – CNP 24.860

Desde febrero del presente año solicité al Departamento de Extranjería y Migración (DEM) la visa de residencia de mis hijos.

No fue sino hasta el 11 de septiembre que fueron estampadas en sus pasaportes el documento que les permite residir en condición regular por un año en este país.

Luego de dos horas en extranjería los pasaportes ya contaban con sus respectivas visas temporarias.

Ese mismo día al llegar al apartamento solicité a través del portal de citas de PDI una fecha para registrar las visas ante dicho organismo y continuar con los pasos correspondiente para lograr la legalidad del proceso de residencia de ambos.

Habían pasado casi dos meses cuando el 30 de octubre pasado recibí la notificación de la confirmación de cita para el lunes 4 de noviembre a las 11:30 de la mañana.

Cita en mano nos dispusimos mi esposa y yo a irnos con los niños una hora y media antes del horario pautado a fin de estar temprano.

Ya en San Francisco 253, comuna de Santiago, sede nueva de la PDI, mostramos la confirmación de la cita a un funcionario en la entrada del recinto el cual nos hizo pasar inmediatamente. No importaba si la cita para los niños sería una hora más tarde. Nos hizo pasar.

La primera fase del trámite correspondía a que otro funcionario dentro del recinto verificara de nuevo la confirmación de la cita. Una vez verificada nos entregó dos tickets con los que debíamos continuar al módulo de pago.

La funcionaria que nos atendió en el siguiente módulo revisó los tickets y cobró 800 pesos chilenos (1,10 US $) por cada uno de nuestros hijos. Recibimos un comprobante de pago y nos indicó hacer la cola en la fila del módulo 2. Hasta allí todo bien. Solo habíamos consumido 20 minutos desde que entramos a la PDI.

El karma comenzó en la fila del módulo 2, donde nos harían el registro de las visas. Un paso que en teoría demora unos cinco minutos por persona.

Luego de dos horas en la fila no habíamos avanzado ni el 30% de ésta. Unas 55 personas por delante de nosotros era el motivo del lento avance en la fila.

Cuando el reloj marcaba las 14:15 horas pasamos al módulo 2. La oficial que nos atendió fue muy amable y de agradable trato. Luego de unos ocho minutos de atención finalmente nos dio los comprobantes de registro de visa de ambos hijos.

Estas demoras cada vez se hacen más recurrentes.

Con la incipiente llegada de extranjeros a radicarse en Chile, los esfuerzos del Departamento de Extranjería y Migración y de la Policía de Investigaciones (PDI) parecen haber sido sobrepasados en sus intentos por modernizar y agilizar sus plataformas, así como por la efectiva y rápida atención a los usuarios.

Tardamos 360 minutos para poder registrar las visas de nuestros pequeños, pero son numerosos los venezolanos que pueden demorar más. Eso sí, dependerá del módulo y el funcionario que los atienda.

El flujo de inmigrantes es tal que un sistema de migración y extranjería como el chileno se ve colapsado literalmente.

El salto a la modernización
Es difícil pensar que en pleno siglo 21 las instituciones públicas sigan trabajando de la forma en que lo hacían en el pasado siglo.

Antes, hacer un trámite en un ente del estado significaba largas colas desde la madrugada, cualquier cantidad de recaudos o requisitos y por supuesto la atención casi que despreciable de funcionarios pocos preparados o mal educados para atender al público.
Pareciera que esa práctica quedó en el pasado.

Si se toma en cuenta que Chile es hoy un país que busca aceleradamente llegar a ser el primer país desarrollado de Latinoamérica sería justo creer que muchos de sus trámites ya han sido automatizados, digitalizados y hasta simplificados. En teoría es así.

Con la puesta en marcha de un sistema novedoso como lo fue la implementación de la Clave Única cualquier nacional o extranjero cedulado puede hoy en día solicitar un trámite en línea a través del portal del ministerio o la subsecretaría que corresponda.

En la mayoría de los casos recibirá en su correo electrónico el documento que necesita con una firma digital que le da validez y legalidad ante cualquier otro ente público o privado.

Pero no todo es color de rosa. Para el caso de estampados y registro de visas no aplica.

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