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Caraqueña redefine narrativa de la diáspora y estándares de belleza desde Nueva York

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En los corazones bulliciosos de Nueva York, una artista y modelo venezolana ha estado tejiendo historias de migración a través de una expresión única de arte visual. Cassandra Mayela (1989), conocida por su obra conmovedora y su floreciente presencia en la industria de la moda, ha emergido como una figura destacada que fusiona la narrativa de la diáspora venezolana con la redefinición de los estándares de belleza.

Graduada en Diseño digital textil, dio sus primeros pasos en la escena creativa de Caracas, a principio de la década de 2010, pero finalmente encontró su hogar en Nueva York en 2014, una ciudad que late con la energía de la diversidad cultural y las historias entrelazadas de sus habitantes. Hoy, se considera una artista autodidacta.

Yo no fui a una escuela de Arte, yo no tengo un Máster en Arte, y eso lo hace todo más complicado. Pero me he creado un sistema en el que tengo tiempo para dedicarle a esto y pensar…”.

Su obra más reciente, “Mapas de Desplazamiento”, es una amalgama de arte y testimonio que ha capturado la atención y los corazones de muchos. El proyecto tiene como epicentro la ropa de migrantes provenientes de Venezuela esparcida por todo el mundo, con un enfoque particular en Estados Unidos.

Cassandra, con empatía y sensibilidad, ha recopilado prendas donadas por estos migrantes, cada una de las cuales cuenta una historia única de lucha, esperanza y perseverancia. Más allá de ser simples objetos, estas prendas se convierten en testimonios tangibles de las experiencias de aquellos que han dejado su hogar en busca de un futuro más prometedor.

¿Cómo surge Mapas de Desplazamiento?

‘Como en 2019, la cantidad de venezolanos que empiezan a llegar a Nueva York es muy loca. Tú conocías a venezolanos, sabías de venezolanos, pero no era como que escuchabas el acento en la calle. Y empieza a pasar. Empiezas a escuchar ‘macundales’ y todas estas palabras que son muy específicas, ¿no? Y yo y que, ¿qué está pasando aquí? y ¿por qué en Nueva York?

Entonces por ahí me entran las ganas de querer explorar esto, pero desde el punto de vista más humano y digamos que con el tema ropa, un día limpiando mi clóset, encuentro unos shorts de 2013, de cuando vivía en Barcelona unos meses, que todavía tengo. Entonces empiezo como a pensar: Ok, todo el mundo tiene que tener esto [una prenda que guarde por años]. Y entonces empiezo con el proyecto de una prenda de ropa que hable de tu historia migratoria. No tiene que ser traída de Venezuela. Puede ser cualquier cosa que se relacione a tu trayecto. Puede ser algo de ahorita, o sea algo de hace años. Y así empiezo con esto…’

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La artista se sumerge en las profundidades de estas historias al recolectar testimonios directos de los donantes. Cada prenda es acompañada por relatos personales que pintan un cuadro completo de las experiencias migratorias. Desde una chaqueta que viajó a través de múltiples fronteras hasta un par de zapatos que caminaron largas distancias en busca de un nuevo comienzo, cada pieza contribuye a un tapiz emocional que conecta a las personas a través de las fronteras y resalta la humanidad compartida en la diáspora.

Las prendas recolectadas por la artista van acompañadas por testimoniales de los migrantes que, en un futuro, planea publicar en un libro. En octubre de 2021, Cassandra Mayela finalmente pudo exponer Mapas de Desplazamiento, después de unos siete meses de producción

Siento que en ese momento, 2021, la gente estaba ya lista para abrirse y dar su opinión real de cómo se sentía al haber dejado su país. Antes de eso, creo que la gente estaba como resolviendo y resolviendo.’

¿Había algún hilo conductor, algún denominador común en los testimonios de la gente?

‘A mí me impactó. No sé si impactó, es la mejor palabra, pero yo siempre he sentido que el venezolano le echa demasiado camión. ¿Me entiendes? Y eso es lo que vi más. Vi, esta idea de no querer más la narrativa de: ‘Ay, pobrecitos nosotros’, que era lo mismo que yo sentía. No quería más eso. O sea, hay chance de reinventarte y creo que eso fue lo que más vi. Sí, mucho, mucho dolor y nostalgia de despedirte de una versión de ti, pero mucho orgullo en poder reinventarte.’

Y reinventarse es otro arte que Cassandra Mayela ha dominado muy bien. La venezolana no solo se destaca en el ámbito artístico, sino que también ha conquistado el mundo de la moda. Su carrera en este campo despegó alrededor de la pandemia, a sus 30 años, desafiando los estereotipos convencionales de la industria. Colaboraciones con marcas de renombre, como Mara Hoffman, han elevado su perfil como defensora de la diversidad y la inclusión en la industria. ‘Si tú me hubieses dicho que yo iba a ser modelo en Nueva York, era como… No, ¿me entiendes?.”

Su presencia en campañas, cada vez más prominentes, desafía la noción de que la belleza tiene un tamaño único, un look específico, demostrando que el verdadero atractivo trasciende las limitaciones impuestas por los estándares convencionales.

En un mundo donde el arte y la moda convergen, Cassandra Mayela se destaca como una fuerza motriz que fusiona la creatividad con la realidad social. Mapas de Desplazamiento no solo es una expresión artística, sino también un recordatorio tangible de que cada prenda, cada historia, contribuye a la rica tela de la experiencia humana. Mientras continúa desafiando las expectativas en el mundo de la moda, Cassandra nos recuerda que la verdadera belleza reside en la autenticidad y en la capacidad de contar historias que resuenen más allá de las vitrinas o las redes sociales.

Hoy tiene el foco en explorar nuevas técnicas, específicamente en una que es ‘como pintar pero con tela’.

Ahora que no estoy haciendo una recolecta cosas de migrantes venezolanos, sino que estoy trabajando con lo que tengo, tengo más control de la calidad de las telas, los colores… Es más personal el trabajo’

Digamos que Mapas de Desplazamiento ya tuvo su momento, se hizo, se expuso y celebró, pero esto no significa que haya llegado a su fin: ‘En todo este proceso, le pedí a la gente que llenara un formulario con nombre, cuándo se fue de Venezuela, de qué parte en Venezuela, cuál es la pieza. Yo tengo todo eso escrito. Mi idea con esto es, en algún momento, sacar un libro con los testimoniales, con las piezas… Entonces tengo todos estos niveles de material que en algún momento sacaré… Pero sí, este proyecto no se va a acabar…’ Esa es la buena noticia y la gran tragedia, también.

Texto y fotos: Vogué México

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