Conozca los obstáculos de los venezolanos que migran a España para regularizarse
Los grupos familiares tienen prioridad para recibir la protección internacional. Según las cifras oficiales del Gobierno español la comunidad venezolana asentada en el país rondaría las 250 mil personas, pero datos extraoficiales de ONGs hablan de más de 400 mil.
Carlos Moreno
Juan Gutiérrez, un venezolano que recientemente llegó a España huyendo de la crisis social y económica en su país, aún espera la respuesta para determinar la protección internacional.
Ese no es su nombre real. Pidió que se resguarde su identidad.
El hombre, de unos 32 años, pasa algunas noches durmiendo en calles de Madrid central, colindantes con Plaza Mayor o incluso en las inmediaciones del icónico parque de El Retiro.
«No resulta fácil, el trámite es lento. Debo esperar unos seis meses para obtener un permiso de trabajo, pero mientras tanto ya no tengo cómo sostenerme», cuenta.
El perfil de Gutiérrez no representa prioridad para el sistema de acogida español si se compara con las familias de madre, padre e hijos. La burocracia que afecta su estatus le impide de momento poder entrar a la vida laboral.
Pero su situación de calle está más vinculada a la limitada capacidad de los centros de acogida en Madrid y otras ciudades, que de su proceso legal para la residencia temporal.
Gutiérrez es uno de los venezolanos que engrosa las estadísticas de migración que se dispararon entre 2018 y 2019. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la comunidad venezolana reflejó un incremento de 47% en solo 12 meses.
Y el flujo continúa creciendo.
Los venezolanos que llegan a España, que no tienen la doble nacionalidad, estén reconocidos como familiar (esposa, esposa) de un miembro comunitario o posea un estatus laboral que les ampare, deben atravesar un proceso lento para definir su residencia.
Otra historia
Zugeimar Armas llegó a España el 2 noviembre de 2018. Su proceso de acogida resultó un poco más rápido por estar embarazada y también tener hija menor de edad. Su primer cobijo lo recibió de una familia amiga de Venezuela.
Pero debía buscar protección internacional sin demoras. Zugeimar Armas es la madre de Neomar Lander, uno de los jóvenes asesinados por las fuerzas de seguridad del Gobierno venezolano en Caracas, en 2017, durante las revueltas sociales causadas por la anulación de la Asamblea Nacional por parte del Tribunal Supremo de Justicia en un acto que tradujo una fractura constitucional sin precedentes.
«Nos fuimos al día siguiente a la comisaría de Aluche (Barrio de Madrid) para iniciar los trámites del asilo y posterior refugio», cuenta Armas.
En España son las ONGs de labor humanitaria para la inmigración las que se encargan, en conjunto con el Estado español, de gestionar y administrar los centros de acogida para refugiados.
Zugeimar Armas optó inmediatamente por solicitar una acogida mientras tramitaban su estatus. La Cruz Roja abrió una vacante para ella y su hija.
«Nos tocó compartir habitación con unas seis personas más. Todos éramos venezolanos. Fueron tres meses donde nos atendieron muy bien, no faltó nada. Mi esposo llegó en diciembre y ya pudimos estar juntos. En enero de este año nació mi hijo, y en febrero nos trasladaron a otro centro en la provincia de León (Castilla y León), donde permanecemos».
Ella explica que cualquier venezolano que quiera optar por un asilo en España debe prepararse con recursos o buscar a alguien quien le acoja de entrada.
«Después de nueve meses nos dieron la tarjeta de residencia con permisos de trabajo. Acá eso es complicado», señaló.
Esos son los tiempos que deben transcurrir normalmente para obtener una respuesta sobre el asilo y la protección. De ser positiva y abrirse vacantes en los centros de acogida de la Cruz Roja, Cáritas u otras instituciones que apoyan en el tema migratorio, se tendrá un lugar para dormir, pero esa situación se vuelve más compleja.
«Para finales de año esperamos se incremente el número de venezolanos en situación de calle», advirtió para esta historia una fuente de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).
Un reciente informe de la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid, publicado a principios de año, destacó el caso de la migración venezolana y precisó que ahora el segmento que llega a España viene motivado por la mera supervivencia, por escapar del hambre y la inseguridad.
Los venezolanos puntean hoy como la primera comunidad extranjera con más entradas en España, según la investigación.
“Hasta 2014, la comunidad venezolana era casi invisible en el escenario migratorio español. Pero, a partir de 2015, su fisonomía cambia: están empujados por hambre, falta de medicamentos, inseguridad personal y jurídica, persecución política o la necesidad de enviar dinero a los que se quedan”, explicó la investigadora Katrien Dekocker, según el diario El País de Madrid.
El trámite básico
Tras varias consultas a venezolanos que han optado por la búsqueda de refugio en España, específicamente Madrid, se determinó la ruta común para las gestiones de las residencias temporales.
Lo primero es solicitar una cita en la comisaría del barrio de Aluche, donde tratan los temas migratorios. Tras una larga entrevista y exposición de motivos las autoridades entregan un resguardo al solicitante que da la opción de permanecer en suelo español hasta la resolución del asilo.
Pasarán entre 6 y 8 meses para que se emita un dictamen dependiendo del caso. Durante ese tiempo el ciudadano no puede trabajar.
De ser aprobado el asilo y transcurrido ese tiempo, los venezolanos obtienen su primera tarjeta de residencia con permiso de trabajo y solo con ese documento es que tienen la posibilidad de ganarse la vida.
Zugeimar Armas quiere reencontrarse con Venezuela, con otra Venezuela, y piensa en regresar para ayudar a la reconstrucción del país, pero para ello sabe que aún falta trecho.
Ella, su esposo Neomar y sus hijos, se adaptan a España, un nuevo hogar que los protege, pero que también plantea cuestas empinadas para su estabilidad fuera del sistema de acogida.
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España es el país de la Unión Europea que más venezolanos ha acogido (137.589). Aunque los datos no llegan a ser totales porque una gran cantidad de venezolanos cuenta con la doble nacionalidad.
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La Organización de las Naciones Unidas exhortó a las naciones que se consideren refugiados a los migrantes venezolanos. Se calcula que emigran 150.000 al mes, según la Organización de Estados Americanos.
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